¿Alguna vez te has preguntado cómo es el día de un soldado en las FDI? Prepárate para ser parte de esta serie exclusiva en la que nos penetramos en un día completo de los soldados de las Fuerzas Terrestres, Fuerza Marina y Fuerza Aérea.
La marina israelí puede ser menos conocida que el Cuerpo de Infantería, el Cuerpo de Blindados o que la Fuerza Aérea, pero su fuerza e importancia es primordial. No sólo es la responsable de la seguridad en todo el borde costero del país y el acceso al Mar Rojo, si no que también apoya las operaciones del ejército en tierra. En este primer capítulo, nos subimos a bordo de un buque de guerra del ejército y nos lanzamos al mar.
El sol comienza a salir. Los soldados se encuentran despiertos desde temprano en la madrugada de hoy y se preparan para zarpar hacia un largo día de entrenamiento en el mar. Después del desayuno y de una breve instrucción, todos se preparan para la salida al mar. Esta mañana es agradable y el mar está en calma. Todos en su posición y el rugido del motor comienza a sonar. Poco a poco, mientras nos vamos adentrando en el mar, la velocidad del barco se acelera y el viento comienza a golpear en las caras. Desde su silla, el capitán del barco sentado da las órdenes.
Una vez en alta mar, comienza el entrenamiento. El primer escenario: un incendio en el barco. Un equipo de soldados entrenados específicamente para combatir incendios en el mar se ponen rápidamente sus uniformes. Una vez ya preparados, el equipo entra en acción. “El fuego puede producirse en la habitación de engranajes o en cualquier otra parte. Nunca he experimentado esta situación en la vida real, pero de todas maneras, tenemos que estar preparados para cualquier incidente”, nos cuenta uno de los soldados.
Todo se va desatando con rapidez. Ahora debemos poner el bote inflable en el mar con su equipo a bordo. La operación es simple, pero deben estabilizar el barco antes de que salga al mar. Los soldados se preparan y lanzan las cuerdas. Una vez en el agua, el Capitán prueba las radios. Todo está bien, funcionando correctamente. Los equipos regresan y los comandantes felicitan y alientan a sus soldados por el buen trabajo realizado.
Es el momento indicado para ir a la cocina. Aquí, se encuentra un pequeño equipo de cocineros encargados de alimentar a toda la embarcación. Los alimentos en los buques de guerra tienen una de las mejores reputaciones en el ejército. “Aquí trabajamos 16 horas al día” dijo uno de los cocineros. Sus logros son bastante asombrosos cuando ves el tamaño del horno. La cena será servida pronto, pero primero deben completar un ejercicio de remolque.
En el mar, un barco no puede salir, detenerse y volver a casa sólo. Ellos pueden confiar solamente en sí mismos y en otros barcos de la Marina israelí. Esto es exactamente lo que se ha probado en el siguiente ejercicio. Otro barco está a la vista. Necesitan hacerle de remolque. ¿Cómo? Las soluciones más simples son a menudo las más efectivas. El equipo del primer barco se pone en marcha y lanza una cuerda hacia el segundo. Una vez establecido el enlace, los barcos cambian los papeles y repiten el ejercicio.
La comida está servida. Los soldados se encuentran en sus dormitorios y comparten un momento de tranquilidad. Eso sí, hasta que el mar lo permita. De hecho, las olas aquí se sienten golpear fuertemente y los platos de cada uno de los soldados parecen poder volcarse fácilmente sobre los demás soldados.
Con el estómago lleno, los soldados comienzan con la segunda parte del entrenamiento: las diferentes armas y sistemas anti misiles. En la primer parte, la meta era disparar el objetivo localizado a corta distancia. Una boya en el medio del mar, sirve como objetivo para el soldado. Una serie de órdenes se dan antes de oír los primeros disparos.
El barco continúa su camino pero esta vez, para poner a prueba su gran arma. Los tiros son raros y la tensión se puede sentir en la sala de control. Después de recibir la luz verde, la fuerza del disparo se sintió en todo el barco.
Sin embargo, el último ejercicio es el más impresionante. Aviones de combate de la Fuerza Aérea aparecen por encima de nuestras cabezas. Al mismo tiempo, otros buques de la Marina están en la zona y cada una entrena. En el mar y en el aire, la acción está en todas partes.
Después de un largo dia, los barcos retoman el camino a sus puertos. En la cocina, se esta preparando todo para otra rica cena. Los soldados discuten acerca de sus planes para la tarde y que película verán por la noche. A pesar de tener acceso a la tierra cuando llegan al puerto, su vida está centrada alrededor del barco. Los soldados en el barco tienen que convertirse en una especie de familia, porque en este barco, no hay suficiente espacio para el que no se lleva bien. Algunos de ellos han pasado varios inviernos en el mismo barco y aprecian la buena atmósfera. La defensa de toda la frontera marítima recae sobre los hombros de estos jóvenes pero increíbles soldados.
No te pierdas los próximos capítulos de #24Horas con soldados de la Fuerza Aérea y Fuerza terrestre
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