En el ritual de Rosh Hashaná, I-1, se lee: «Hay cuatro «años nuevos»:
- En Nisan (abril), el nuevo año para los Reyes y las Peregrinaciones;
- En Elul (agosto), el comienzo del año del Diezmo animal (impuesto ritual);
- En Tishrei (septiembre), el comienzo de los años y los jubileos;
- En Shvat (enero), el Año Nuevo de los Árboles.»
Este texto es la fuente más antigua que se conoce en cuanto a la celebración de Tu Bishvat, el Día del Árbol, el 15 del undécimo mes de Shvat, según lo establecido en la época del Segundo Templo. Es una fiesta que expresa una especie de homenaje a Eretz Israel que en esta temporada «refuerza la capacidad de la tierra para ofrecer sus frutos y sus productos, sus alimentos y sus dulzuras – lo que produce alegría a todos los que la aman».
En las bendiciones diarias se repiten loas al Creador por «la hermosa y dadivosa tierra que elegiste y otorgaste a nuestros antepasados para que podamos comer de sus frutos y satisfacernos con sus bondades«.
LOS FRUTOS DE LOS ÁRBOLES
A mediados del siglo XVI se estableció comer frutas para la celebración de Tu Bishvat, y desde entonces en este día (este año, el próximo jueves 16 de enero) se acostumbra cubrir las mesas con frutas frescas, frutas secas, frutas desecadas y confituras agregando también las siete especies características de Eretz Israel: «Porque Tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides , higueras y granados, tierra de olivos y de miel (dátiles)». (Deuteronomio, VIII, 7).
En la misma época, los cabalistas de Safed acostumbraban a cubrir las mesas con bandejas llenas de frutas y celebraban un «seder de Tu Bishvat», según el modelo del Seder de Pesaj, el ritual familiar de la fiesta de la libertad. De esta manera, comiendo frutas, cantando y repitiendo y estudiando versículos correspondientes, exponían la especial relación entre el ser humano y la naturaleza, entre los hombres y la Tierra de los Árboles.
Martin Buber (1878-1965) filósofo y escritor judío austríaco/israelí, conocido por su filosofía de diálogo y por sus obras de carácter existencialista, destacaba el tema repitiendo el siguiente relato: «El Rabino Menachem Mendel de Kotzk (1787-1859), en una celebración de Tu Bishvat con sus discípulos, le pidió al Rabino Itzjak Meir que imparta la lección del día. Éste, procurando lucirse, se explayó en explicaciones complejas basadas en los textos religiosos en cuanto a los frutos de los árboles. Al finalizar, Rabi Mendel dijo: «Si estuviéramos en Eretz Israel, bastaría con salir al campo, contemplar los árboles y entender qué es el Año Nuevo de los Árboles, simple y llanamente».
El movimiento sionista convirtió a esta celebración en la «fiesta de las plantaciones», siguiendo el texto de la famosa canción infantil que define a la fecha como «fiesta para las flores, fiesta para el bosque y fiesta para todos los árboles». El Rabino Supremo de Israel, Ben Zion Haiy Uziel (1860-1953), redactó una oración especial aún en uso en todas las plantaciones: «… y bendice los retoños que plantamos, que profundicen sus raíces y fortalezcan su desarrollo para que crezcan con bendición y nobleza junto a todos los árboles de Israel. Y que se fortalezcan las manos de nuestros hermanos los plantadores que trabajan la santa tierra y se ocupan de su florecimiento…».
EL «SEDER» DE LA FESTIVIDAD
Como ya señalamos, en los últimos años se está expandiendo la costumbre de acompañar el festejo, además de las plantaciones en la naturaleza, con un «seder» basado en el Seder de Pesaj, pero que no tiene un texto consagrado. Generalmente cantos, relatos, anécdotas y frutas alegóricas acompañan las bendiciones de las cuatro copas de vino, pero el desarrollo es inicitiva de las personas o las comunidades que lo realizan.
La mesa familar se viste de fiesta con manteles blancos, cubiertos de flores que brotan en estos días de invierno, se coloca vino blanco y vino tinto – que dan alegría – y bandejas de frutas frescas, secas y desecadas (en el exilio se comenzó a usar frutas secas pues no lograban conseguir frutas frescas de Eretz Israel). Algunos sugieren no utilizar frutas importadas de otros países para destacar la relación de la fiesta con Eretz Israel.
La pastelería con relleno y/o decoraciones de frutas completa el menú del encuentro festivo.
El «seder» comienza con la bendición de la primera copa de vino, con vino blanco (o con agua en las celebraciones infantiles), que simboliza la claridad del agua y de las lluvias, necesarias para el crecimiento de los árboles. Esta primera copa recuerda también que estamos en pleno OTOÑO, la naturaleza está adormecida esperando los chubascos y las primeras nieves.
Acompañando la primera copa, se comen almendras, que son el primer fruto de la temporada y las flores del almendro son las primeras en embellecer los campos y los jardines. Además son frutas cuya capa exterior se tira y se come sólo el interior, como las nueces y la fruta del granado.
La segunda copa tendrá mucho vino blanco con un poco de vino tinto: simboliza el INVIERNO, con los brotes de las flores que dan un aún tenue colorido a los campos. Es el despertar, revive el ciclo vital. Tras la bendición, se saborean frutas jugosas, como los cítricos, que tienen semillas que simbolizan la renovación pues permiten la reproducción, igual que las peras, los dátiles, las aceitunas, etc.
La tercera copa contiene poco vino blanco y mucho vino tinto: es la alegría de la PRIMAVERA. Son días frescos, el calor se impone sobre el frío, los campos se alfombran de flores multicolores. Se acompaña con frutas desecadas, como pasas de uva, bananas desecadas, etc.
La cuarta y última copa que se bendice es de vino tinto solamente, simbolizando el caluroso VERANO, las rojizas puestas de sol, y señala que las frutas han madurado y se termina su recolección. El vino se acompaña con frutas que se comen íntegras: higos, uvas, algarrobo, etc.
Elevemos votos por los árboles de Israel, por sus frutas maduras, por todas las bondades que nos proporcionan – alimento, sombra, madera, serenidad, belleza – y que se renueve un Nuevo Año de los Árboles pleno de amor a la naturaleza. Según la narrativa popular, si nos sorprende la llegada del Mesías mientras estamos plantando un árbol, primero habremos de concluir la plantación y luego iremos a recibirlo.
Lic. Samuel Leillen – 7.1.2014.
Que bello y tan hermosa enseñanza llena de alegría y exaltación a Baruj hu haKadosh.
Jag Sameaj lekulam.