Es un misterio el por qué tantas personas en los medios de comunicación aceptan las cifras de civiles muertos en la reciente guerra suministrada por Hamas, como si fuera el evangelio. Hamas afirma que de los más de 1.800 palestinos muertos cerca del 90% fueron civiles. Israel, por su parte, dice que cerca de la mitad eran combatientes. Los hechos objetivos apoyan una cifra mucho más cercana a la de Israel que a la de Hamas.
Incluso los grupos de derechos humanos antagónicos a Israel reconocen, según un informe del New York Times, que Hamas probablemente cuenta entre los «civiles muertos por Israel» los siguientes grupos: los palestinos asesinados por Hamas como colaboradores; los palestinos muertos por violencia doméstica; los palestinos muertos por cohetes o morteros errantes de Hamas; y los palestinos que murieron de forma natural durante el conflicto. Me pregunto si Hamas también incluyó los reportados 162 niños que murieron mientras realizaban el trabajo esclavo infantil en la construcción de sus túneles terroristas. Hamas también define combatientes de modo de incluir sólo a los combatientes armados que murieron mientras luchaban contra los israelíes. Excluyen a los partidarios de Hamas que construyen túneles, que permiten que sus hogares sean utilizados para almacenar y disparar cohetes, a los policías de Hamas, a los miembros de la rama política de Hamas y a otros que trabajan codo a codo con los terroristas armados.
Hace varios años inventé un concepto que yo llamo el «continuo de civilianalidad» – una frase poco elegante que pretende transmitir la realidad de que, a menudo, quién es un civil y quién es un combatiente, es una cuestión de grado. Es evidente que todos los niños por debajo de la edad en la que son capaces de ayudar a Hamas son civiles. Es evidente que todos los combatientes de Hamas que disparan cohetes, portan armas u operan en los túneles son combatientes. Entre estos dos extremos se encuentran una amplia gama de personas, algunos de los cuales están más cerca del extremo civil, y muchos de los cuales están más cerca del extremo combatiente. El derecho de guerra no ha establecido una línea clara entre combatientes y civiles, especialmente en el contexto de la guerra urbana donde las personas portan armas de fuego por la noche y hornean pan durante el día, o disparan cohetes durante el día y vuelven a casa a dormir con sus familias por la noche. (Es interesante que el Tribunal Supremo de Israel haya tratado de elaborar una definición funcional de los combatientes en el turbio contexto de la guerrilla urbana.)
Los datos publicados por el New York Times sugiere fuertemente que un número muy grande – tal vez la mayoría – de los muertos están más cerca del extremo combatiente del continuo que del extremo civil. En primer lugar, la gran mayoría de los muertos han sido hombres más bien que mujeres. En una sociedad islámica, los hombres son mucho más propensos a ser combatientes que las mujeres. En segundo lugar, la mayoría de los muertos se encuentran dentro del rango de edad (15-40) en el que es probable que sean combatientes. La gran mayoría de estos son hombres también. El número de personas mayores de 60 años que han muerto es infinitesimal. El número de niños menores de 15 años también es relativamente pequeño, aunque sus imágenes se hayan mostrado con más frecuencia que otras. En otras palabras, los sexos y las edades de los muertos no son representativos de la población general de Gaza. Es mucho más representativo de los sexos y edades de los combatientes. Estos datos sugieren fuertemente que un porcentaje muy grande de los palestinos muertos están del lado combatiente del continuo.
También demuestran, como si alguna prueba fuera necesaria para ojos imparciales, que Israel no ataca a civiles al azar. Si lo hubiera hecho, los muertos serían representativos de la población de Gaza en general, en lugar de uno de los subgrupos que más se identifica con los combatientes.
Los medios de comunicación deberían dejar de usar, inmediatamente, las estadísticas aprobadas por Hamas, que en el pasado han demostrado ser muy poco fiables. En cambio, deberían tratar de documentar, de forma independiente, la naturaleza de cada persona muerta y describir su edad, sexo, ocupación, afiliación con Hamas y otros factores objetivos relacionados con su estatus de combatiente, no combatiente o alguien en el medio. Es indolente y peligroso que los medios de comunicación se basen en cifras de propaganda aprobadas por Hamas. De hecho, cuando el infame Informe Goldstone declaró falsamente que la gran mayoría de personas que murieron en la Operación Plomo Fundido eran civiles y no combatientes de Hamas, muchos en Gaza se quejaron a Hamas. Acusaron a Hamas de cobardía por permitir que tantos civiles fueran asesinados al mismo tiempo que protegían a sus propios combatientes. Como resultado de estas quejas, Hamas se vio obligado a decir la verdad: es decir, que muchos más de los que murieron eran realmente combatientes de Hamas o policías armados. Es probable que Hamas haga una «corrección» similar con respecto a este conflicto. Pero esa corrección no será cubierta por los medios de comunicación, como tampoco lo fue la corrección anterior.
El titular – «La mayoría de los muertos por Israel fueron niños, mujeres y ancianos» – seguirá siendo la sabiduría convencional, a pesar de su falsedad fáctica. A menos que sea corregida, Hamas continuará con su «estrategia de bebé muerto» y más gente en ambos lados morirá.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
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