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| jueves abril 25, 2024

Cómo Israel se convirtió en una superpotencia de agua


 

Seth M. Siegel, autor de ‘Let There Be Water,’ espera que las prácticas de Israel en cuanto al agua creen un efecto dominó hacia la paz.

Cuando Seth M. Siegel, autor de “Let There Be Water: Israel’s Solution for a Water-Starved World” (“Que Haya Agua: La Solución de Israel Para un Mundo Sin Agua”), comenzó su gira de promoción, esperaba obtener una gran cantidad de preguntas acerca de Israel y los palestinos. Ni siquiera descartó la posibilidad de que los activistas pro-palestinos, indignados por el mensaje del libro de que Israel es un líder mundial en la gestión y conservación del agua, manifestaran en sus conferencias. Pero eso no sucedió. En cambio, “He estado estupefacto por la respuesta.”

Siegel ha estado viajando alrededor de los Estados Unidos, hablando en los campus universitarios, a grupos judíos, a grupos políticos, en la ONU y a grupos de ejecutivos e ingenieros de agua. Se estima que el número de entrevistas y conferencias que ha dado desde que el libro fue publicado en septiembre, es de por lo menos un centenar, y todavía está de gira, con fechas programadas para el próximo mes de octubre. Además, el libro ha aparecido en el New York Times y en listas de más vendidos de Los Angeles Times.

“La gente está emocionada por el mensaje del libro – de que hay una solución para la próxima crisis mundial de agua – y después vienen a hablar conmig, no me refiero a una o dos, sino significantes cantidades de personas. Me dicen que quieren venir a visitar Israel y aprender de Israel.”

Lo que quieren aprender, explica Siegel, es cómo un país con el 60 por ciento de desierto y cuya población se multiplicó por diez desde 1948 no sólo tiene agua suficiente para sí mismo, sino que además tiene un superávit e incluso exporta agua a sus vecinos. En la década de 1930 los economistas británicos predijeron que toda Palestina – incluyendo Gaza, Israel y Cisjordania, tenía suficiente agua para sustentar a 2 millones de personas. Hoy en día, esta zona es el hogar de más de 12 millones de personas, una hazaña que atribuye Siegel en gran parte a la planificación y la gestión hidrológica de primera clase de Israel.

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“Además,” escribe Siegel, “Israel ofrece grandes cantidades de agua de sus propios suministros tanto a los palestinos y al Reino de Jordania e incluso exporta miles de millones de dólares cada año de pimientos, tomates, melones y otros productos de alto consumo de agua.”

“Que los economistas británicos estaban mal,” resume, “ni qué decir.”

¿Cómo hizo esto Israel? Incluso antes de la creación del Estado, líderes como David Ben-Gurión y Levi Eshkol se dieron cuenta de que el sionismo tendría éxito solo si hubiese suficiente agua para cubrir las necesidades de las masas de inmigrantes y expandir la economía. A través de los años, Israel ha implementado la centralización de precios para la planificación del agua, reguladores designados, ciudadanos educados para conservar el agua, agua de mar desalinizada, el riego por goteo y han tratado casi todas sus aguas residuales, reciclándolas para los cultivos.

El resultado, le dice Siegel a The Times de Israel, es que mientras Israel tiene muchos problemas,” en ésta área estrecha es un líder mundial.” Frecuentemente expuesto a la incredulidad de los israelíes que piensan que esto suena demasiado bueno para ser verdad, añade, “algunos israelíes no obtendrán un sí como respuesta. Israel celebra su proceso de absorción del ejército y de los inmigrantes. Debería añadir una celebración por sus aguas.”

¿De Nación de Start up a Nación de Agua?

Siegel sostiene que lo que ha logrado Israel con el agua es más único y más parte de lo que significa ser israelí que su identidad como una potencia de alta tecnología.

De hecho, se podría argumentar que la antigua nación de Israel fue forjada por inseguridad de agua. En Deuteronomio 11: 10-12, Dios amablemente explica que no hay ningún río grande en la tierra de Israel para que la nación riegue sus cultivos, y en su lugar tendrá que depender de las lluvias.

“Porque la tierra que estáis a punto de entrar y poseer no es como la tierra de Egipto, de donde has venido. Allí, el grano que sembraste tuvo que ser regado con tu labor, como un jardín de vegetales; pero la tierra que estáis a punto de cruzar y poseer, tierra de montes y valles, absorbe el agua de las lluvias del cielo.”

De hecho, esta inseguridad de agua preocupó a rabinos de períodos de la Mishná y talmúdicos, y desarrollaron una ley detallada especificando la propiedad de los pozos, normas sobe el régimen de tuberías de agua públicas, canales y embalses, los derechos de los viajeros sobre pozos de agua, la prohibición de la contaminación de las fuentes de agua y las normas para mantener el agua potable lejos del alcantarillado.

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Irrigación por goteo (Facebook).

Siegel señala que los colonos sionistas eran abrumadoramente seculares pero llegaron con una familiaridad de la Biblia y la tradición judía. Esto, sin duda, contribuyó a su obsesión por la seguridad del agua.

Siegel, de 61 años, es el nieto de inmigrantes judíos a Estados Unidos, “ninguno de los cuales fueron económicamente exitosos.” Sus padres hicieron una “vida decente, pero difícil.” Pero Siegel cambió su rumbo cuando fue aceptado en la Universidad de Cornell y más tarde recibió allí su título de abogado. Comenzó un negocio para registrar marcas y patentes, lo que resultó ser un éxito fenomenal con clientes como Coca-Cola y celebridades como Paris Hilton. Siegel también ha producido espectáculos de Broadway, incluyendo una versión de “El Hombre de La Mancha”. Desde la venta de su empresa hace más de una década, ha estado involucrado en el servicio comunitario, y ayuda a la junta directiva de AIPAC.

La idea de este libro surgió cuando Siegel asistió a una reunión en el Consejo de Relaciones Exteriores. Oyó a un funcionario del gobierno de Estados Unidos decirles a los miembros que el mundo estaba a punto de entrar en un período de escasez de agua prolongada.

“Salí con una sensación de ‘Dios mío, ¿Por qué no sé nada de esto?’ Le pregunté a amigos senadores y congresistas – y no sabía nada de esto tampoco.”

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Escolares aprendiendo sobre la conservación del agua. (Facebook)

Siegel comenzó a educarse sobre el tema del agua y rápidamente se dio cuenta de que Israel, su otra pasión, era un caso atípico en la gestión del agua. Entrevistó a más de 220 personas – en su mayoría gente en algún aspecto del sector del agua de Israel, pero también a jefes de ONG, palestinos y otros – para entender la historia.

“Israel superó obstáculos aparentemente insuperables. Ningún otro país con una población y economía en crecimiento, y con disminución de niveles de precipitación ha sido capaz de lograr algo remotamente parecido a lo que Israel ha logrado,” dice.

Dalia Tal, directora de campañas de Zalul, una ONG ambiental en Israel, es un poco menos efusiva.

“En términos de hechos, Israel es un país líder en la gestión del agua. Somos un país semiárido y no tenemos una crisis de agua como nuestros vecinos. Tenemos un alto porcentaje de depuración de aguas residuales, reutilización del agua y la desalinización. Tenemos seguridad de agua y la calidad de nuestra agua es buena.”

“Pero desde el punto de vista del medio ambiente, la mayoría de fuentes son apropiadas para el uso en la agricultura y los hogares. A pesar del hecho de que tenemos la desalación y la reutilización del agua tratada, el agua no consigue regresar a la naturaleza como debería. Yo estuve ayer en Nahal Betzet – estaba tan seco como una corriente en el desierto. Hay árboles gigantes allí y ni una gota de agua.”

Otro temor, dice Tal, es que cuando el agua residual tratada se devuelve a los campos, sala más a la tierra, y esto puede disminuir el rendimiento agrícola con el tiempo.

Diplomacia del Agua

Israel exporta $2,200 millones al año en tecnología relacionada con el agua y conocimiento. Siegel cita una fuente de la industria que predice que esta cantidad llegará a $10 mil millones en unos años.

Esto no sólo es un buen negocio, sino también ha permitido a Israel a superar parte de su aislamiento diplomático. Durante décadas, el régimen comunista chino se negó a tener contactos con Israel. Sin embargo, durante la década de 1980, el país se dio cuenta de que necesitaba ayuda para combatir las fugas de agua y la contaminación masiva. Al principio, los ingenieros de agua israelíes fueron admitidos en el país en secreto. Después, China acordó comprar equipos de riego por goteo y semillas de Israel, pero insistió en que se eliminara el “Hecho en Israel” de las etiquetas. En 1991, China le solicitó a Israel que enviara un reconocido experto en agua para ser residente en China para capacitar a los chinos y que aprendieran mejores prácticas. Un año más tarde, los dos países establecieron relaciones diplomáticas.

Algo similar ocurrió en la India, dice Siegel, y la asistencia con el agua también ayudó a cimentar las relaciones entre Israel e Irán antes de la revolución islámica. De hecho, según Siegel, la tecnología del agua israelí está siendo utilizada en más de 150 países, entre ellos algunos que no tienen vínculos formales con Israel.

En cuanto a los palestinos, la Autoridad Palestina firmó tratados de agua con Israel bajo Oslo II, algo que Israel no sólo continúa honrando sino que con el tiempo, Israel ha suministrado a los palestinos más agua de lo que está pactado en los tratados. Aun así, muchos afirman que Israel toma más de lo que deberían.

Siegel indica que en junio de 1967 sólo el 10 por ciento de Cisjordania estaba conectada con plomería moderna, mientras que hoy en día el 96 por ciento de los palestinos en Cisjordania tienen agua limpia y potable en sus hogares, con todo y que, como él mismo señala en el libro, se necesita más volumen y mejor agua.

Él lamenta lo que llama “politización” de agua de la AP y su reciente política de no cooperar con Israel en asuntos de agua, intentando ganar puntos políticos.

En Gaza, controlada por Hamas, la situación del agua es mucho más grave, dice Siegel. Gaza está a pocos años de distancia de una crisis de agua tan severa que su gente no tendrá nada que beber.

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Israel’s National Water Carrier (Facebook)

“Los problemas del agua son un indicador de mal gobierno,” afirma, y desde su toma de control de la Franja de Gaza en 2007, Hamas ha administrado mal el suministro de agua de la zona, permitiéndoles a los residentes a cavar demasiados pozos, contaminar su acuífero y vertir las aguas residuales sin tratamiento en el Mar Mediterráneo.

Analista de asuntos árabes Pinhas Inbari le dijo a The Times of Israel que cree que los palestinos de Gaza ya se están muriendo del agua contaminada y llena de bacterias pero que Hamas prefiere dejar que sus personas mueren que pedir ayuda a Israel.

En algún momento, Inbari cree, Israel tendrá que intervenir, pero espera que Israel hará a Hamas desmantelar su infraestructura de misiles.

“El agua es una cuestión estratégica,” dice Inbari. “Nosotros no podemos darles agua mientras continúan disparándonos.”

Vencer a espadas con tuberías de agua

Siegel confía en que el agua puede construir puentes. La entrevista más conmovedora en el libro, dice, fue con el jubilado ejecutivo Moshe Gablinger de la empresa de construcción e ingeniería de agua TAHAL, quien inició los proyectos de agua en los países subdesarrollados.

“Fue un honor que pudimos ayudar a las personas y naciones pobres y mejorar la calidad de sus vidas,” dijo Gablinger en el libro de Siegel. “Fue casi como un mandamiento de la Biblia, este sentimiento que teníamos de querer ayudar a la gente en todo el mundo.”

Siegel dice que a veces, algún enojado interrogador pro-Israel se levanta en una de sus conferencias a preguntar por qué Israel no utiliza el agua como un arma.

“Yo digo que los orígenes y el patrimonio de Israel deben de ser luz para las naciones. El deseo es hacer justicia es parte de la herencia de Israel. Pero pragmáticamente, Israel ha visto una y otra vez que sus conocimientos de agua ayudan a abrir puertas.”

Siegel admite que sus antecedentes como una historia de éxito americana judía pudo haber influido en la redacción del libro, concediendo, “Soy un gran creyente de que el trabajo duro, el comportamiento ético y un servicio de valor añadido darán sus frutos con el tiempo.”

Pero “Let There Be Water”, que cuenta la historia de muchos ingeniosos planificadores de agua israelíes que trabajaron duro, es “también una historia puramente israelí y sionista”, dice.

“Mira a estos ingenieros hidráulicos sin asumir que se sepan sus nombres. Mira a David Yogev, que transformó a Israel con su visión de la reutilización de aguas residuales tratadas. O Simcha Blass, que le dio el riego por goteo al mundo. O Sidney Loeb, que concibió la desalinización. En mi libro, el lector se encuentra con un montón de gente como estos, en su mayoría sin grandes egos, las personas injustamente olvidadas de la historia. Su credo era ‘Estoy aquí para servir.’ E Israel, y ahora el mundo, son mejores por su visión y sacrificio.”

Traducido por UnidosxIsrael

 

 

 
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