Por Israel


Defendemos un ideal no a un gobierno
Síguenos en Facebook Twitter Twitter YouTube RSS Feed
| jueves abril 25, 2024

La madre de todas las batallas de Obama


La vacante de Antonin Scalia en el Tribunal Supremo «puede definir el destino político de los Estados Unidos» –titulaba con dramatismo la BBC este lunes. No transcurrió ni un día desde el fallecimiento del magistrado, el pasado sábado, y la pugna política por el nombramiento de su sucesor ya daba lugar a una nueva declaración de hostilidades entre Republicanos y Demócratas, en medio de la campaña electoral más enconada que se recuerda.

No es para menos. Contar con una mayoría afín de magistrados es vital, no solo para Obama, sino para los candidatos Demócratas en la carrera por la Presidencia. Controlar el Supremo significa tener todas las papeletas para ganar las sentencias pendientes sobre el aborto, la reforma sanitaria o el programa contra el cambio climático, ejes de la agresiva agenda ideológica de Obama, que Hillary Clinton y Bernie Sanders se han comprometido a mantener si ganan en noviembre.

Las nueve magistraturas del Supremo son vitalicias. Las vacantes son cubiertas siempre a propuesta del inquilino de la Casa Blanca. En su composición actual, sin el fallecido Scalia, el Tribunal Supremo cuenta con un magistrado propuesto en su día por Ronald Reagan, uno por George Bush padre, dos por Bill Clinton, dos por Georg Bush hijo, y dos por Obama. Desde esta óptica, puede hablarse de un empate a cuatro, entre magistrados nombrados por presidentes Republicanos y presidentes Demócratas.

Se comprende mejor, así, la trascendencia de la vacante en una contienda política cada vez más crispada. El verdadero legado de Obama es la contaminación ideológica de todas las esquinas de la vida estadounidense. En este sentido, su contribución a la discordia no puede ser más parecida a la experiencia de España con el presidente Rodríguez Zapatero. En todas las democracias cuecen habas, también en la más avanzada del mundo.

Scalia tenía 79 años. Era uno de los magistrados más veteranos del Tribunal Supremo. Su nombramiento fue propuesto por el presidente Reagan. También era uno de los más admirados e influyentes entre sus pares, por la calidad de sus sentencias y su talento como orador. The Daily Signal ha escogido nueve extractos especialmente brillantes de sus discursos. Y The National Review le dedica este artículo editorial que explica su importancia como jurista.

Solo había un inconveniente –sobre todo, a los ojos del presidente Obama: Scalia creía firmemente en los derechos inherentes del ser humano –reconocidos por la Constitución–, y no en los otorgados por el presidente Obama o cualquier otro. Era un conservador, no tanto por sus convicciones religiosas y morales –que las tenía: católico practicante, provida, profamilia–, sino por interpretar la Constitución y las demás normas por lo que estas dicen, y no por lo que a jueces y presidentes les gustaría que dijeran.

Durante sus dos mandatos, Obama ha conseguido aupar al Supremo a dos magistradas con un marcado perfil progresista, Sonia Sotomayor y Elena Kagan. Y tiene prisa en garantizarse una mayoría afín, promoviendo a otro magistrado de su cuerda, que decante la mayoría del más alto tribunal de la Unión. Como apunta Kevin Williamson en este artículo de ayer en The National Review, Obama no quiere magistrados independientes, sino ayatolas, clérigos fanáticos de su religión izquierdista.

Obama pide a los Republicanos que respeten sus prerrogativas de presidente y no politicen el proceso para cubrir la vacante en el Supremo. Justo lo que él pretende hacer, buscando la seguridad de unas sentencias favorables en los expedientes que están sobre la mesa. Esos casos afectan a las llamadas “guerras de culturas” entre dos concepciones de la sociedad, la izquierdista y la conservadora, con las que Obama ha dividido a los estadounidenses como nunca antes lo habían estado. Curiosamente, Obama es el único presidente que intentó bloquear la elección de un magistrado del Supremo. En 2006, siendo senador, Obama votó junto a otros 26 colegas en contra del nombramiento de Samuel Alito, hoy magistrado, propuesto por el entonces presidente George W. Bush.

A menudo, los españoles piensan que difícilmente puede existir una Justicia más politizada que la suya. Un vistazo al intervencionismo de Obama quizá proporcione un encuadre más ajustado. Puede que España no sea tan diferente, después de todo.– V. Gago

[Con información de CNBC, The National Review, The Daily Signal, The American Conservative, Above the Law, ABC News, en inglés; y de BBC, en español]

 
Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.

¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.