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| jueves marzo 28, 2024

Carta Abierta a Omar Al-Abed


  • Los musulmanes han asesinado a judíos muchas veces antes y tales acciones no ha avanzado la causa islámica o la religión en lo más mínimo. Ni una sola muerte que los musulmanes hayan sufrido ha logrado prosperidad o paz para el pueblo del Islam. Ustedes saben que los judíos nunca se marcharan de la tierra que Allah les concedió, tal como prometió el Profeta Musa en Sura Al-Ma’ida, aya 21: “Oh pueblo mío, entren a la Tierra Santa que Allah les ha establecido y no den vuelta atrás hacia sus huellas y se conviertan en perdedores”.

 

  • ¿No leíste el Hadith del sonido: “Ninguno de ustedes tiene fe hasta que el amor por su hermano sea igual a como se amen a sí mismos”? ¿No recuerdas las palabras pronunciadas por el Profeta en su Sermón Final: “¿No lastimen a nadie para que nadie les lastime a ustedes?”

 

  • Puedes pensar que asesinar judíos es algo noble, que otros te alabarán y harán sentirte como un héroe, un valiente, un batal, un verdadero creyente. Sin embargo, lo que hiciste no fue nada valiente, sino una acción cobarde. La gente te dirá que el asesinato que cometiste fue heroico y que tomaste las armas para así liberar a tus compañeros musulmanes. Pero hoy, millones en todo el mundo detestan lo que hiciste y lo definen por su propio nombre, una acción satánica. Le quitaste la vida a abuelos y padres, arruinando el futuro de sus pequeños. ¿Cómo puede alguien sentirse orgulloso de eso?

 

  • Los árabes han combatido seis guerras contra los judíos y han perdido una y otra vez. Ustedes han combatido intifadas para con ellos desalojar a los judíos de la tierra que Allah les concedió y estos han sobrevivido y prosperado. Ellos te han ofrecido todo lo que necesitas para crecer en paz y prosperidad. Te han protegido para que puedas orar libremente, asistir a tus mezquitas y predicar tus sermones, incluso cuando has predicado odio por ellos. ¿No son estas señales de que Allah los ha protegido, les ha dado la fortaleza para sobrevivir y les ha bendecido?

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Omar Al-Abed asesinó recientemente a tres miembros de una familia judía: Yosef Salomon, su hija Chaya y a su hijo Elad. Los asesinatos tuvieron lugar en el asentamiento de Halamish, tierra disputada por israelíes y “palestinos” desde la Guerra de 1967.

Luego de leer que el asesino sobrevivió y fue llevado al hospital, quise hablar con él, en parte, sólo para decirle lo contraproducente e inútil que había sido su acción. Pero también pensé que valía la pena tratar de dirigirme a él en un lenguaje que este entendería, refiriéndome a temas islámicos, citando el Corán y las tradiciones sagradas conocidas como Hadith. La siguiente carta pudiera traducirse al árabe y ser compartirla con otros jóvenes. En ella, menciono mi experiencia como maestro de Estudios Islámicos, en esperanza de que él y otros puedan ver que no provengo del antagonismo ni por él o su fe, una fe que él y ellos tienen comprometido seguir. Quería plantear temas morales que rara vez les ocurren a los musulmanes palestinos, especialmente cuando son despertados por falsos rumores sobre Al-Aqsa u otros lugares que estos consideran sagrados.

Es importante enfatizar que los judíos son el único pueblo religioso junto a los musulmanes que creen en la unidad absoluta de Allah. Después de todo, fue de los judíos que Mahoma aprendió a predicar de que “no existe dios sino Allah”. Le escribo a Omar Al-Abed porque no tenía ningún derecho de proclamar el yihad, ya que un individuo no puede hacer eso. A pesar de que existen disposiciones en la ley del sharia que permiten a un individuo utilizar la violencia si cree que el Islam está siendo atacado. Yo quería que supiera que los individuos que él asesinó no le atacaron y que los israelíes realmente protegen a Al-Aqsa y que esta ni siquiera está ligeramente ante ningún ataque. Cito versos coránicos sobre el amar al enemigo, aunque muchos versículos posteriores dicen lo contrario. Pero si el Corán para él es la Palabra de Allah, seguramente no puede simplemente ignorar los versículos anteriores.

La carta es sólo una manera de tratar de abrir algunas mentes al hablar en términos de que alguien que te considera como enemigo, especialmente si no lo eres, pueda entenderlo y pueda servir para extenderle las manos. ‘Umar Al-‘Abed sólo cambiará si, durante la larga vida que pasará en prisión, tiene tiempo para reflexionar y utilizar aquellas partes de su religión que piden por la paz. ¿Quién sabe qué puede suceder en el transcurso de una vida?

Un publicado en Facebook del asesino Omar Al-Abed, horas antes de asesinar a tres miembros de la familia Salomon en Halamish.

Tal vez el ejercicio es inútil. No soy musulmán y sin duda eso hace la diferencia. No soy judío, pero he tratado de decir que, en mi larga experiencia, los judíos son buenas personas y la gente que él asesinó tan brutalmente eran buenas personas que, como él, creían en un solo Dios.

Aquí publico la carta:

Ya ‘Umar, Ya Abu Zayd,

Acabo de leer tu testamento y voluntad árabe. Luego de la bismillah y las salutaciones a tu Profeta Mahoma, a quien tú reverencias como ashraf al-khalq wa’l-mursil, el más noble de la humanidad y de los profetas, logre llegar a tus palabras:

  • Soy joven, todavía no cumplo los veinte años, tenía muchos sueños y muchas aspiraciones. Pero ¿qué vida es esta en la que nuestras mujeres y nuestros jóvenes son asesinados sin ninguna justificación? Están profanando la Mezquita Al-Aqsa y nosotros estamos durmiendo, es una vergüenza que nos encontremos ociosamente sin hacer nada.
  • Ustedes, aquellos que poseen un arma y que se han desgastado, ustedes que sólo portan su arma en bodas y celebraciones, ¿no se avergüenzan de ustedes mismos? ¿Por qué no declaran la guerra por causa de Allah? Aquí están cerrando la Mezquita Al-Aqsa y sus armas no se escuchan en lo absoluto. Todo lo que poseo es un cuchillo afilado y este está respondiendo a la llamada de Al-Aqsa. Vergüenza debería darles, ustedes que predican el odio. Allah se vengará de ustedes y los tendrá presentes por ello. Todos nosotros somos los hijos de Palestina y los hijos de Al-Aqsa. Ustedes, hijos de los monos y cerdos, si no abren las puertas de Al-Aqsa, estoy seguro de que los hombres me seguirán y les golpearán con puños de hierro, se los advierto.

‘Umar, no puedo estar contigo a tu lado en el hospital donde tus heridas están siendo curadas por los que a ti te enseñaron a odiar. Si tuvieras un cuchillo, tal vez lo usarías para asesinar a los médicos y enfermeras que ahora te están salvando la vida.

He educado en estudios árabes e islámicos en una universidad británica; Tengo muchos amigos musulmanes y he escrito mucho sobre el Islam, una religión que conozco muy bien. Gran parte de mi vida se la he dedicado a su estudio. He leído el Corán y el Hadith en árabe y amo el arte islámico, la caligrafía y la poesía y puedo entender el por qué amas a la Masjid Al-Aqsa, al Qubbat Al-Sakhra y a todo el Haram Al-Sharif. Muchos de los edificios más hermosos jamás creados han sido mezquitas. No existe amargura en mi corazón.

Pero escribo con una mezcla de dolor y rabia por lo que has hecho. Conozco a muchos judíos; son buenas personas que han sufrido y, al igual que los musulmanes, millones de ellos han sido asesinados.

Los judíos, al igual que todos los musulmanes, oran el equivalente a la ilaha ill’llah – no existe dios sino Allah, en su libro más sagrado. Allah mencionó la Tora, Al-Taurat, dieciséis veces en el Corán.

En Al-Taurat, encontrarás las palabras: “Oye, Oh Israel: El SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR es uno”. ¿No son éstas iguales a las palabras pronunciadas por el primer Mu’adhdhin del Islam, Bilal ibn Rabah, cuando fue torturado por su amo tras haber abandonado la idolatría y haber dicho en repetidas ocasiones ahad, ahad: uno, uno. Los judíos y los musulmanes son los máximos devotos de un único Dios.

¿Se te ocurrió alguna vez que hiciste algo malvado? Le quitaste la vida a una familia de creyentes en una sola Deidad.

Destruiste sus vidas: un padre, su hijo y su hija. Heriste gravemente a la madre que, como tú, está en el hospital, luchando por su vida. Y cuando esté consciente, se le dirá que le has quitado la vida a su esposo, a su hijo y a su hija. Todos los miembros de esa familia están hoy de duelo, un dolor del que nunca se recuperarán.

Y has destruido a tu propia familia. ¿No has leído en el Corán, en Surat al-Isra, que habla del Viaje Nocturno del Profeta a la Masjid Al-Aqsa, cuando habla del mandamiento de Allah: “Allah ha decretado que no eres devoto de nadie más que de él”? Este continúa: “Y se virtuoso con tus padres: si alguno de ellos llega a la vejez, no les digas ‘Uff’ ni les reprendas, sino háblales a ellos con palabras nobles”. Ahora, tu padre y madre han perdido a un hijo que pudiera haberlos protegido en su vejez. Otro hijo, tu hermano ha sido arrestado. Hoy o mañana, los soldados demolerán la casa en la que vivió tu familia. ¿Es eso lo que Allah desea?

Escribes, pidiéndole a tus compañeros musulmanes, “¿Por qué no declaran la guerra por Allah?” ¿Qué otra guerra puede ser si no el yihad? Pero, ¿qué derecho tienes tú para emitir una llamada al yihad? ¿No conoces la ley del shari’a y lo que dice sobre la llamada al yihad? ¿No han dicho los ‘ulama y el fuqaha que “Qital o el combatir sólo pueden ser declarados cuando existe un Estado Islámico y el líder o Amir de este Estado Islámico es el único que puede declarar esta Guerra Santa”.

  • “El tema del yihad está en manos del gobernante y de su ijtihad, y el pueblo debe obedecerle en lo que crea conveniente respecto a eso”. Al-Mughni (10/368).
  • “El ejército no tiene permitido emprender una campaña sin el permiso del gobernante, sin importar cuál sea la situación, ya que a los gobernantes a quienes el mandato a combatir y participar en el yihad va dirigido y no a individuos en particular. Ellos tienen que seguir a aquellos que toman las decisiones. Así que no es permisible que nadie combata sin el permiso del imam”. – Shaykh Al-Islam Ibn Taymiyah.

Tal vez pensaste que el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas dio permiso para asesinar a los judíos. Pero la Autoridad Palestina no es un estado islámico y la Organización para la Liberación de Palestina, del que Mahmoud Abbas es el encabezado, es un organismo secular y nunca será la base ni siquiera para un futuro estado islámico.

Hoy, no existe un estado islámico en Palestina, ni existe un emir con la autoridad para emitir una llamada al yihad. Has sido inmensamente engañado sobre este tema. Por encima de todo, nadie tiene derecho de tomar las armas, ni siquiera un diminuto cuchillo y salir como un muyahidín por su propia voluntad. Tal individuo no morirá como mártir, porque este habrá actuado por su propia cuenta. Sin lugar a duda hay permiso para que un individuo pelee si los musulmanes son atacados. Pero la gente que tú asesinaste no te atacó. Tú los atacaste. Estaban indefensos. Ni siquiera les pediste que se convirtieran al Islam que, bajo el shari’a, es lo primero que debe hacerse antes de un ataque.

Tú dices: “Aquí están ellos cerrando la Mezquita Al-Aqsa” y claman que tú actúas para abrirla. Pero nadie ha cerrado la mezquita. Está abierta a todos los musulmanes para que recen allí, como lo ha sido desde 1967, cuando los israelíes le dieron autoridad sobre esta a las autoridades del waqf en Jordania. ¿No lo sabías? La Masjid Al-Aqsa está construida sobre un lugar alto que es el lugar más sagrado del mundo para los judíos y ha sido santo para ellos mucho antes de que el ángel Jibril le entregara el mensaje de Allah a Mahoma. Los judíos nunca desearían cometer actos de violencia en un lugar que ellos consideren tan sagrado, ni desearán destruir una mezquita porque eso está prohibido bajo sus propias leyes, que fueron escritas para proteger todos los lugares santos, algo que ellos han hecho y hacen hasta el día de hoy.

Si tu propósito fue “abrir la mezquita”, dime cómo el masacrar a una familia amante de Dios logro acercar a esto una solución? Los musulmanes han asesinado a judíos muchas veces antes y eso no ha avanzado la causa islámica o la religión en lo más mínimo. Los judíos han soportado mucho, aun así ni una sola muerte que los musulmanes hayan sufrido ha logrado prosperidad o paz para el pueblo del Islam. Tu sabes que los judíos nunca saldrán de la tierra que Allah les concedió, tal como prometió el profeta Musa en Surat al-Ma’ida, aya 21: “Oh pueblo mío, entren en la Tierra Santa que Allah les ha concedido y no den vuelta atrás tras sus huellas, ya que se convertirán en perdedores”.

Cuando asesinas a creyentes en un único Dios, endureces sus corazones en contra tuya. Una y otra vez, el pueblo de Israel le ha ofrecido a los musulmanes de Palestina paz y prosperidad y todas las veces estos han rechazado su ofrecimiento y han traído calamidades sobre ustedes mismos. Eso no es sabiduría. Eso no les traerá a ustedes buenas vidas, ni a tu familia, ni a tu pueblo o a sus jóvenes que nacieron del odio y la ira. Los judíos no te odian: odian los asesinatos que has traído sobre ellos durante casi cien años. Los judíos son elogiados en el Corán y en los libros de ley islámica como el “Pueblo del Libro”. Esto es porque recibieron una revelación de Dios. Sin embargo, tú los asesinas como si estos fueran idólatras.

En Siria, la guerra embate furiosamente y los musulmanes siguen asesinando a miles de musulmanes y millones han sido desposeídos y forzados al exilio. Pero incluso hoy, los judíos israelíes están trabajando en hospitales especiales en Siria y en clínicas que estos han construido, trayendo a hombres, mujeres y niños heridos para que sean tratados por médicos y enfermeras capacitadas. ¿Lo harían si odiaran a los musulmanes? El pueblo de Gaza y Cisjordania ha sido atendido en hospitales israelíes por miles, igual como te están tratando a ti ahora. ¿Darían los judíos esa ayuda si tuvieran odio en sus corazones por tu pueblo? Sin embargo tú y otros como tú no tienen más que odio hacia ellos.

¿No has leído el Hadith del sonido:

  • Ninguno de ustedes tiene fe hasta que ame a su hermano tanto como este se ame a sí mismo. (Fuente: S?ah?i¯h? al-Bukha¯ri¯ 13, Grado: Muttafaqun Alayhi)

¿No te acuerdas de las palabras pronunciadas por el Profeta en su Sermón Final: “¿No lastimes a nadie para que nadie te lastime a ti”? Y aun si crees que los judíos te han hecho mal, ¿no has leído las palabras de Allah en Surat al-Fussilat, aya 34:

  • Y no son iguales las buenas acciones y las malas. Haz repeler la [maldad] por esa [labor] que es mejor; y entonces aquel entre tú y él que es rival [se convertirá] tal como si fuese un amigo devoto. (Sahih International)

He oído a algunos musulmanes decir que prevalecerás porque los judíos aman la vida y tu amas la muerte. Saliste en su día más santo de la semana porque te jactaste de que te contentabas con morir. Pero en su amor por la vida los judíos han hecho grandes avances al mundo, en sanación, conocimientos y prosperidad. Y en tu preferencia por la muerte no has traído nada sino odio y desesperación y una vida dura para ustedes mismos.

Irás a prisión y ahí te quedarás hasta que mueras. No lograrás ninguna de tus ambiciones, tus esperanzas, tus aspiraciones, una vida que hubiese traído orgullo y dignidad a tu familia y a tus compatriotas musulmanes. Nunca te convertirás en médico ni sanarás enfermos, un llamado noble. Nunca te convertirás en abogado o juez e impartirás justicia, otra forma de vida piadosa. Nunca llegarás a ser un musulmán estudioso, un ‘alim, predicador, imam, todos estos nombres santos. Nunca te casarás, nunca tendrás hijos, nunca te convertirás en un gran hombre que pudiera haber enriquecido el mundo y a tu propio pueblo. Existen hombres y mujeres en el mundo a quienes ustedes pudieron haber llamado a unirse al Islam, pero quienes, escuchando las malas acciones que has realizado, rechazarán al Islam por el resto de sus vidas. Tu nombre pasará a la historia junto a los nombres de Adolf Hitler y el Faraón, que asesinaron y esclavizaron a los judíos contra la voluntad de Allah. Y temo que en el otro mundo, si es que existe un mundo por venir, compartirás la eternidad en compañía de asesinos y tiranos.

Puedes pensar que asesinar judíos es algo muy noble, que otros te alabarán y harán de ti un héroe, un valiente, un batal, un verdadero creyente. Sin embargo, lo que hiciste no fue valiente, sino algo muy cobarde. La gente te dirá que los asesinatos que realizaste fueron heroicos y que tomaste las armas para liberar a tus compañeros musulmanes. Pero hoy, millones de personas alrededor del mundo detestan lo que hiciste y lo llaman por su propio nombre, un acto satánico. Si hubieses entrado en esa casa con la mano abierta y el rostro sonriente, te aseguro que la familia te hubiese dado la bienvenida, te hubiesen dado la mano y te hubiesen invitado a compartir su comida. Pero tú escogiste no hacer eso. En su lugar, le quitaste la vida a abuelos y padres, arruinando el futuro de sus pequeños. ¿Cómo puede alguien estar orgulloso de eso?

Te dirijo esta carta con la esperanza de que en algún lugar hoy, mañana o muchos años a partir de ahora, puedas ver lo que has hecho por lo que es y sentir vergüenza. Has deshonrado a tu pueblo. Tal vez en eso, encuentres una manera de explicarles a tus hermanos creyentes, a los jóvenes palestinos como tú que, a pesar de lo que pueden escuchar que les arrastre hacia el acto de asesinar, estos se encuentran en camino a su ruina. Los árabes han combatido seis guerras contra los judíos y las han perdido todas. Ustedes han combatido intifadas para desalojar a los judíos de la tierra que Allah les concedió y ellos han sobrevivido y han prosperado. Te han ofrecido todo lo que necesitas para crecer en paz y prosperidad. Te han resguardado para que puedas practicar tu devoción libremente, para que asistas a tus mezquitas y prediques tus sermones, incluso cuando has predicado el odio por ellos. ¿No son estas señales de que Allah les ha protegido y les ha dado la fortaleza para sobrevivir y les ha bendecido?

Es hora de buscar otro camino, convertir tus cuchillos en arados, hacer la paz y no la guerra y de poner fin al sacrificio de tus jóvenes y ancianos que no trae más que miseria a los musulmanes palestinos. Si tu solo, un sólo hombre, pudiera llegar a entender que la paz está cerca tan pronto como tú lo desees y trabajes para ello. Allah dice en Surat al-Waqi’a, ayas 25-26, acerca de la gente del Paraíso: “Ellos no escuchan el hablar ociosamente, ni palabras que llaman al pecado, ya que solo las palabras ‘Paz, Paz’! son habladas allí”.

Que la paz esté contigo. Al-salamu ‘alayka.

Denis MacEoin

 

Denis MacEoin, quien obtuvo un doctorado en Estudios Islámicos, es miembro distinguido del Instituto Gatestone.

 

 
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