El mes pasado, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que las relaciones de Israel con el mundo árabe estaban mejores que nunca.
“Hay cooperación de varias maneras, en varios niveles, pero aún no está a la vista. Pero lo que todavía no está al aire libre es mucho mayor que en cualquier otro período en la historia de Israel. Este es un cambio importante”, dijo efusivamente.
De hecho, ha habido mucha cooperación de seguridad e intercambio de inteligencia desde que Israel y los regímenes árabes pragmáticos encontraron enemigos comunes en Irán y en radicales islámicos sunitas. Pero incluso cuando Netanyahu parece hablar de eso todo el tiempo, sus socios árabes insisten en que todo siga siendo secreto.
Por el momento, los países árabes se niegan a reconocer al Estado de Israel y rechazan cualquier manifestación abierta de colaboración con “la entidad sionista”, sin excepciones, sin cortesías comunes, sin juego limpio.
Es por eso que el jueves, cuando un atleta israelí ganó una medalla de oro en un torneo de judo en Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, no se tocó el himno nacional de Israel y su bandera no se izó. De hecho, debido al boicot de los Emiratos a Israel, los judokas israelíes en el torneo compitieron bajo la “bandera” de la Federación Internacional de Judo (FIJ).
Después de que el nativo de Herzliyah, Tal Flicker, derrotara a Nijat Shikhalizada de Azerbaiyán para llevarse el oro, se tocó en la sala el “himno de la Federación Internacional de Judo”. Mientras tanto, Flicker espontáneamente articuló su propio “Hatikvah”, dando a sus compatriotas israelíes un poco de orgullo.
“El IJF está en el segundo lugar con una medalla de oro y una de bronce”, declaró el sitio web de la federación de judo a partir del jueves por la noche, refiriéndose a Israel.
Esta absurda situación no es culpa de la FIJ. Antes del torneo, el presidente de la organización, Marius Vizer, envió una carta al presidente de la Federación de Judo de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed Bin Thalub, denunciando la discriminación esperada contra el equipo israelí y exigiendo que sean tratados “de manera absolutamente igual en todos los aspectos, sin excepción”.
Su petición cayó en oídos sordos.
Y a pesar de que las reglas básicas de los Emiratos eran conocidas por todos, incluso antes de que comenzara el torneo, las autoridades israelíes por lo general fueron enpergicos después del incidente del jueves.
“Es una repugnante muestra de hipocresía, contra el espíritu mismo del deporte”, dijo el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Emmanuel Nahshon, al Times of Israel.
“Es un ultraje. Es vergonzoso”, agregó en Twitter.
“Una desgracia para el espíritu deportivo”, tuiteó la embajada israelí en Washington.
“A la luz del creciente estatus de Israel en el mundo árabe, es lamentable y despreciable que no se haya tocado el himno nacional israelí”, dijo la viceministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Hotovely. “Es hora de que los Estados árabes comprendan quiénes son sus amigos en el mundo y quiénes son sus enemigos”.
La discriminación de los árabes a los atletas israelíes no es nada nuevo. En 2009, los Emiratos Árabes Unidos negaron una visa a Shahar Peer, lo que llevó a la Asociación Mundial de Tenis a establecer a los organizadores del torneo en Dubai una multa récord de $ 300,000.
El año pasado, el judoka egipcio Islam El Shahaby se negó a estrechar la mano de su rival israelí, Or Sasson, después de que fuera derrotado por él en los Juegos Olímpicos de Río. El Shahaby recibió una “severa reprimenda” del Comité Olímpico Internacional por su gesto.
A medida que los atletas israelíes tengan cada vez más éxito, será interesante ver si los países árabes podrán defender su política de prohibir los símbolos nacionales de Israel en su territorio. Tal vez la ridiculez del incidente del jueves, junto con la creciente indignación internacional por esa flagrante discriminación, contribuya a generar un cambio.
El lema del Día Mundial del Judo este sábado, el último día del Grand Slam de Abu Dhabi, es “Coraje”. Precisamente lo que el jueves, a los gobernantes de Abu Dhabi les faltó.
Traducido por Hatzad Hasheni
No den a ningún país musulmán las sedes de eventos depirtivos hasta que aprendan a respetar y no discriminar a Israel.