Un dispositivo, aún en fase de estudio, mide el parpadeo y se adhiere a los anteojos que se usan en los exámenes de la vista.

¿Qué dicen sus ojos? Un dispositivo que mide el movimiento de los párpados, o EMM, en inglés, en fase de investigación en el Instituto de Tecnología Technion-Israel, en Haifa, puede diagnosticar determinadas enfermedades.

El dispositivo, que todavía no está en el mercado, se adhiere a los anteojos de refracción normales que se usan en los exámenes de la vista. Ya ha ganado varios premios internacionales y está entre los 20 mejores del Concurso de Diseño e Innovación en Europa de la compañía Texas Instruments.

Un prototipo se ha usado en los últimos dos años en pruebas clínicas en el Centro Médico Emek, en Afula, al norte de Israel, bajo la dirección del doctor Daniel Briscoe, jefe del departamento de oftalmología.

El sistema de EMM fue desarrollado inicialmente por el profesor Levi Schachter y la estudiante de doctorado Adi Hanuka, en la Facultad Viterbi de Ingeniería Eléctrica, también del Technion. Hanuka comenzó a trabajar en el proyecto cuando era estudiante y continuó durante su posgrado, para lo cual contó con la ayuda de un equipo de estudiantes.

“El movimiento de los párpados nos da información importante sobre la salud de un paciente y puede indicar no sólo la existencia de enfermedades oculares, sino también neurológicas, como Parkinson, o autoinmunes, como la de Graves”, explicó Hanuka.

Un artículo completo sobre el proyecto aparece en la publicación Graefe’s Archive for Clinical and Experimental Ophthalmology.

El hardware y software del sistema monitorean e interpretan los movimientos de los párpados basándose en mediciones tomadas a unas 100 personas saludables para definir patrones normales en términos de velocidad y frecuencia. Los movimientos se analizaron usando un algoritmo de procesamiento de señales creado por los estudiantes Tal Berkowitz, Michal Spector, Shir Laufer y Naama Pearl.

El equipo examinó primero la anomalía del blefaroespasmo, una enfermedad caracterizada por la contracción involuntaria de los músculos que cierran los ojos. Los investigadores encontraron una relación cuantitativamente importante entre el patrón de parpadeo de una persona y la enfermedad, lo que significa que el dispositivo podría usarse para diagnosticarlo.

El sistema también se aplicó para examinar el efecto de las inyecciones de Botox, que es el tratamiento convencional para esta enfermedad, y se determinó que 15 minutos después de su aplicación las contracciones disminuyen y el patrón de parpadeo comienza a coincidir con el de las personas saludables.

Los investigadores también están recopilando información sobre otros grupos, entre ellos pacientes con demencia y con la enfermedad de Parkinson.

“Además de diseñar el dispositivo para su comercialización, estamos trabajando en varias direcciones: su desarrollo como plataforma para la investigación multidisciplinar en varios campos, tales como el efecto de las emociones en los patrones de parpadeo; la comunicación de párpados entre personas con parálisis; y el diagnóstico automático a través de aprendizaje automático y basado en una comparación computarizada entre la evaluación específica y una extensa base de datos”, dijo Hanuka.

Según los investigadores, el dispositivo tiene el potencial de diagnosticar las enfermedades que tengan un reflejo neurológico, como la ptosis, la enfermedad ocular tiroidea, Parkinson, la miastenia grave y la parálisis del tercer y séptimo nervio craneal.