Pronto Perú irá a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en las que participarán los candidatos resultantes de la primera vuelta: Keiko Fujimori, con su partido Fuerza Popular que, básicamente y pese a sus tropezones, es democrático. Y Pedro Castillo del partido Perú Libre, cuyo nombre no es adecuado, pues su programa de gobierno evidencia ser marxista, aunque en la campaña con miras al balotaje pretende ser centrista y ha comenzado a negar su notorio comunismo. Castillo propone reformas estructurales que implican un cambio del modelo peruano; para ello, plantea una nueva Constitución a través de una asamblea constituyente que le daría al Estado un papel preponderante.
Perú en la encrucijada
Se ataca a peruanos judíos “al servicio de intereses sionistas”, de expulsarlos del país “una vez tomemos el poder”. La ultra izquierda es antisemita y este partido no es una excepción. La experiencia enseña que lo que empieza con los judíos...
Cabe destacar que Perú Libre fue fundado por Vladimir Cerrón, quien ha sido inhabilitado y condenado a 4 años de prisión por abuso cuando era gobernador de Junín; por alguna razón leguleya, la condena a prisión está suspendida. Cerrón es el ideólogo del partido y, al parecer, autor de la propuesta programática extremista que presenta Castillo.
Hay indicios de una estrecha relación de Castillo y Cerrón con Sendero Luminoso. La periodista Cecilia Valenzuela mostró que los cánticos ideológicos que entonaban Castillo y los miembros del sindicato de maestros que él dirige, eran los mismos que coreaban los terroristas de Sendero Luminoso en las prisiones de Lima.
Castillo esgrime un discurso comunista y trasnochado, con ofertas que ya han fracasado en Perú y en otros países. Sus arengas son maniqueas, amenazantes, machistas, chauvinistas y exacerban resentimientos en general.
En una entrevista con el periodista Diego Acuña fue penosamente visible que Castillo no tiene idea de lo que significa el monopolio y sin embargo anunció que combatirá a una serie de empresas a las que erróneamente acusa; del mismo modo, sin saber qué es el sionismo, en las redes sociales, los militantes de Perú Libre enfilan contra el movimiento sionista. Por ejemplo, desde una cuenta de Twitter llamada Perú Libre, con el logo del lápiz, se ataca a peruanos judíos “al servicio de intereses sionistas”, de expulsarlos del país “una vez tomemos el poder”. La ultra izquierda es antisemita y este partido no es una excepción. La experiencia enseña que lo que empieza con los judíos no se queda allí.
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