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| martes marzo 19, 2024

Con Henrique Cymerman, Presidente de la Cámara de Comercio Israel-Países del Golfo

Una entrevista esperanzadora


Henrique Cymerman, galardonado periodista enamorado de la profesión que lo ha llevado a diferentes confines del mundo siempre pensando en la necesidad de garantizar la vida en paz entre Israel y sus vecinos, ostenta hoy también un cargo formal relacionado precisamente a ello: Presidente de la Cámara de Comercio Israel-Países del Golfo. 

Pocos días después de haberse firmado un documento histórico, el primer Tratado de Libre Comercio entre Israel y un país árabe, concretamente con los Emiratos  Arabes Unidos, tuvimos el gusto de entrevistar a Henrique. Es una conversación sobre sueños y realidad

P: Henrique querido, sé que entrevistarte sobre este acuerdo TLC Israel-EAU es tocar uno de los temas que más te entusiasman. Pero primero, abordemos el marco general. En el marco de tu trabajo periodístico has estado hace años ocupado con el tema de la búsqueda de la paz entre Israel  y sus vecinos árabes.

R: Así es, yo en los últimos 11 o 12 años he estado rondando por el mundo árabe, desde Marruecos hasta Irak, pero especialmente en los seis países del Golfo, encabezados por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Kuwait, Omán, Catar… todos estos países he estado visitándolos en numerosas ocasiones, manteniendo contactos con sus líderes, tanto políticos como económicos. De hecho, hace ya dos años y pico -antes de los Acuerdos de Abraham, que fueron firmados hace 20 meses- fundamos con un grupo de personas esta Cámara de Comercio Israel – Países del Golfo, adivinando un poco lo que podía ocurrir. La verdad que nos sorprendimos, porque muy poco después fueron anunciados estos históricos acuerdos.

En Dubai, como Presidente de la Cámara de Comercio Israel-Países del Golfo

 

P: Que son realmente muy significativos, han roto una barrera muy importante. No es que no queden problemas pendientes, pero muchos años después de la firma de los acuerdos de paz con Egipto en el 79, con Jordania en el 94, nuevamente acuerdos de paz entre Israel y vecinos árabes. Y ahora, una nueva expresión concreta de este logro, el Tratado de Libre Comercio con los Emiratos Arabes Unidos. Creo que eso tiene una importancia que va más allá del valor económico .

R: Realmente este acuerdo de libre comercio entre Israel y Emiratos Árabes Unidos no solamente es algo muy importante, y es el resultado de esta revolución geopolítica y geoeconómica que está ocurriendo en la región, sino que es el primero de varios tratados de este tipo. Podemos ver más tratados en los próximos meses y años, y también más acuerdos, más países que se unan a los Acuerdos de Abraham. Hay que entender que Emiratos Árabes Unidos es probablemente el país árabe que está en la vanguardia de estos cambios en la región. Sus líderes me dicen continuamente que tienen una estrategia muy clara para los próximos años, incluso para las próximas décadas. Me dicen que el acuerdo de paz con Israel, y este acuerdo de libre comercio, son parte de su estrategia para el futuro. Ellos llevan más de una década preparando a la opinión pública y a sus hombres de negocios para estos vínculos con Israel, y aunque como tú bien dices, aún quedan problemas por resolver, entre otros el tema palestino, ellos apuestan por este vínculo con Israel. Este acuerdo lo que está haciendo es no solamente aumentar los intercambios comerciales, que ya se acercan a los 1.000 millones de dólares anuales, sino que se cree, tanto en Emiratos Árabes Unidos como en Israel, que en los próximos años podemos ver que llegue a 10.000 millones anuales el intercambio solamente entre Israel y Emiratos Árabes Unidos.

P: Impresionante.

R: Sin duda. Y te voy a contar una cosa que no conté hasta este momento: ayer tuve un zoom de dos horas con una personalidad saudita que me hablaba justamente esto. Los saudíes no tienen aun ningún acuerdo oficial con Israel, pero esta mañana hubo un avión que partió de Ben Gurión con 10 hombres de negocios, no daremos nombres aún, que aterrizaron en Ammán y unos minutos después -para no meterlos en líos de vuelos directos entre Tel Aviv y Riad, porque eso aún no está contemplado- volaron hacia Riad en un avión israelí. En este momento están allí, no para hacer turismo sino realmente para crear vínculos económicos entre los países también, y eso que no hay aún ningún tipo de acuerdo.

P: El tema de Arabia Saudita es central.

R: Yo creo que el acuerdo de libre comercio entre Israel y Emiratos Árabes Unidos es una especie de empujón enorme a los vínculos entre Israel y Arabia Saudita y otros países, y creo también que Bahréin puede estar a la vuelta de la esquina. La semana que viene hay un encuentro muy importante patrocinado por la Cámara de Comercio que yo presido con el embajador de Bahréin en Israel , Khaled Al Jalahma, un hombre muy activo de la casa real bahreiní, un exmilitar. Yo creo que vamos a ver un acuerdo similar muy pronto con Bahréin y probablemente también con Marruecos, quizás incluso con Sudán, los países que firmaron con Israel este acuerdo hace 20 meses.

Arabia Saudita ¿el tema central?

Henrique con el Ministro de Deportes de Arabia Saudita, el Príncipe Abdul Aziz bin Turki bin Faisal

 

P: Cuando se plantea casi automáticamente cuándo se suma Arabia Saudita a los Acuerdos de Abraham, ¿es realmente lo más importante?

R: Es realmente la pregunta más importante por varios motivos. En primer lugar porque Arabia Saudita es el mayor país del Golfo y uno de los más ricos del mundo, con 33 millones de habitantes, y realmente el exportador número 1 de petróleo, por lo tanto tiene una importancia brutal. Al margen de todo, Arabia Saudita para el mundo musulmán, que son 1.600 millones de personas, es la sede de La Meca y de Medina, es el lugar que tiene la autoridad moral y que, así como Egipto tiene la autoridad de ser el mayor país árabe -porque es un cuarto del mundo árabe, uno de cada cuatro árabes es egipcio, más de 100 millones de personas-, en Arabia Saudita hay una autoridad moral de gran importancia. En el momento en que Arabia Saudita se una, de una forma u otra, a los Acuerdos de Abraham, vamos a ver un efecto dominó que va a llevar a muchos países, no solamente árabes sino también musulmanes no árabes. Por ejemplo, Indonesia, con cientos de millones de habitantes, y Malasia, países de gran importancia como posibles mercados para la economía israelí se unirán a los Acuerdos de Abraham.

Creo que eso es lo que en Israel se busca y lo que se está estudiando. Pero hay que entender algo más: Arabia Saudita es quien dio luz verde a los Acuerdos de Abraham con Emiratos Árabes Unidos y con Bahréin. De hecho, Bahréin es la puerta de Arabia Saudita, aunque sea un país pequeño, y no daría un paso así, ni mucho menos que esto, sin tener el permiso de Riad. Quiere decir que hay ya un compromiso saudí dentro de todo esto que está ocurriendo.

P: Y hay cosas que ya están ocurriendo detrás de las bambalinas , aunque ya menos escondidas que antes.

R: Sin duda. Creo que no estoy cometiendo ningún error, porque esto está publicado por todos lados, al decir que hay cada vez más una presencia económica israelí en Arabia Saudita en distintos aspectos y que acuden a empresas israelíes para proyectos como la ciudad más sofisticada del mundo, que está siendo planteada a 350 kilómetros de Eilat en el Mar Rojo, que será la ciudad más avanzada en todos los aspectos, con taxis voladores y yo qué sé más. Creo que los israelíes van a estar involucrados en todos estos megaproyectos de 500.000 millones de dólares, como es por ejemplo la ciudad de Neom.

P: Pero Arabia Saudita procura por ahora seguir diciendo que la condición para la paz con Israel es la solución del problema palestino. Tú hablaste de la importancia de que entiendan los palestinos, pero en la situación actual no vemos una probabilidad de que realmente se logre un acuerdo y que ellos acepten ir solo por el tema de la paz económica. Es más, la situación se está radicalizando cada vez más. ¿Cómo ves eso? ¿Llegará un punto en el que realmente quedemos totalmente estancados, más de lo que ya estamos?

R: Yo creo que no, creo que lo que estamos viendo es que hay una discusión interna, diría una especie de guerra de generaciones dentro de Arabia Saudita entre la generación del rey Salmán, el padre, que tiene 86 años, y la generación del hijo, Mohamed bin Salmán, que es el príncipe heredero pero diría que es quien realmente lidera Arabia Saudita de facto. Probablemente el padre esté enfermo, creo que veremos un cambio en el momento en el que Mohamed bin Salmán sea rey, y además un rey muy joven, que va a ser probablemente rey durante décadas en Arabia Saudita. Yo sé que él tiene una visión un poco distinta: realmente le importan sus hermanos palestinos, pero al mismo tiempo no creo que deje en sus manos el derecho de veto a la relación con Israel. Creo que la relación con Israel es parte de todo un paquete estratégico, mucho más amplio, que incluye la relación con Estados Unidos, las críticas de Estados Unidos a problemas de derechos humanos en Arabia Saudita, todo tipo de limitaciones, el asesinato de Jamal Khashoggi, etc., creo que todo esto va a ser parte de un paquete en el futuro que podría llevar a Arabia Saudita a decidirse.

 

P: De todos modos, más allá de qué haga Riad, es preocupante el estancamiento con los palestinos cada vez con mayor hostilidad.

R: Lo que es verdad también es que yo creo que si hay alguien hoy en día que tiene alguna posibilidad de mover algo en el tema palestino son los países árabes, lo que llamaría el quinteto encabezado por el eje entre Arabia Saudita y Egipto -cada uno con el papel que destaqué antes-, que son realmente los líderes, pero acompañados por Emiratos Árabes Unidos, un país con gran visión de futuro, Bahréin, que es una puerta hacia Arabia Saudita, por el reino de Jordania, que tiene un papel importante aquí y tiene dos tercios de palestinos, y por Marruecos, que es un país que tiene en Israel una presencia política brutal porque 1,5 millones de personas en este país son descendientes de judíos de Marruecos y tienen un vínculo muy profundo con el país. Creo que estos cinco países acompañados por Estados Unidos y la Unión Europea, pueden llegar a hacer un cambio también en el tema palestino.

Pero ante todo hace falta que los palestinos tengan líderes como era Sadat o como era el rey Hussein, y hace falta un cambio político, que lleguemos no a un señor de 86 años bastante enfermo -como es el caso de Mahmud Abbas-, sino alguien más joven y probablemente también que vuelvan a ser una democracia -aunque esa no es una condición, porque no existe prácticamente en el mundo árabe-. Al menos que haya una nueva generación que llegue al poder y que tenga la valentía necesaria para llegar a un compromiso.

 

 

No sólo acuerdo entre gobernantes

P: Me parece que más  allá de las cantidades de dinero que van de un lado al otro, y que son expresión de intercambio y cooperación, es algo que muestra en especial, más que un acuerdo estratégico político, el hecho de que se trata de una paz ente pueblos y no solo un tratado firmado formalmente entre gobernantes. ¿Es así?

R: Creo que ese es uno de los puntos a destacar de la paz entre Israel y Emiratos Árabes Unidos. Si bien en los acuerdos históricos, importantísimos, entre Israel y Egipto y entre Israel y Jordania fueron acuerdos entre gobiernos, élites, fuerzas armadas, líderes, en Emiratos Árabes Unidos están intentando que sean acuerdos entre pueblos. Por eso hay una serie de manifestaciones, por ejemplo, algo que es menos conocido: en un par de años Emiratos Árabes Unidos enviará una nave que aterrizará en la Luna con dos astronautas, un hombre y una mujer, y quien está colaborando con ellos a nivel tecnológico es la Agencia Espacial de Israel, y van a llevar además la bandera de Israel. O sea, son cosas realmente impensables hace solo dos años. Creo que estamos viviendo realmente momentos históricos.  Creo que el mundo tiene que entender eso, igual que los palestinos, y sumarse a este tren.

P: ¿Cuál es el titular de resumen de todo esto?

R: Creo que son las mejores noticias que recibimos en muchos años en esta región en la que muchas veces los pesimistas tienen razón. Hay  que aprovechar este proceso, el hecho  que haya varios países en esta región que son próximos a la administración estadounidense, pero a la vez están preocupados con la amenaza iraní. La preocupación es casi uniforme en ese sentido: se sienten amenazados por un posible Irán nuclear o por los deseos de hegemonía iraníes y eso les une a Israel. Lo que estamos viendo es un cambio brutal. ¿Quién podría  pensar que veríamos ejercicios de fuerzas aéreas de Emiratos Árabes Unidos, Israel y otros países árabes y occidentales, conjuntamente, pilotos mano a mano haciendo simulacros? Eso es algo que era realmente impensable, ciencia ficción, y en cambio está ocurriendo. Y te voy a decir una cosa: está ocurriendo incluso mucho más que eso.

Lo que los árabes están comprendiendo

P: Recuerdo que cuando empezó la llamada Primavera Árabe empezaron a surgir algunos artículos en el mundo árabe diciendo que ahora queda claro que el problema de los árabes no es Israel sino sus gobiernos autoritarios y corruptos. ¿Figuras árabes han compartido contigo su visión sobre esta verdad, reconociendo sus propias fallas en cuanto a la visión de Israel?

R : Creo que esa es la pregunta del millón, intentaré resumirlo. Lo primero es que tenemos enemigos comunes, tenemos amenazas comunes. Irán por un lado, también el Estado Islámico, que está levantando cabeza en ciertas zonas de la región. “Nos amenazan a nosotros más que a ustedes”, dicen ellos, “porque ustedes están protegidos y nosotros no”. El segundo tema me lo explicó un príncipe saudí que fue jefe de la inteligencia durante 20 años y me dijo: “Nosotros ya en 1973, en la guerra de octubre (se refiere a Iom Kipur) llegamos a la conclusión de que la opción militar no existe. Israel llegó de rodillas y en cinco semanas logró darla vuelta y ganar esa guerra”.  En tercer lugar, el factor que yo creo que es clave y que depende de Israel, es la start up nation: ellos admiran profundamente, a veces envidian, los logros de Israel en el campo de la tecnología y la ciencia; me dicen continuamente algo que tiene mucha lógica: ¿por qué no convertir la start up nation en la start up region? Luego me hablan del tema demográfico, que yo creo que es clave: 70%  de la población en estos países tiene menos de 30 años, para ellos las guerras del siglo XX son como las guerras romanas. Ellos buscan una realidad distinta, son gente de las redes sociales, del mundo más global y, aunque hay radicales entre ellos -probablemente salafistas, gente que comparte la sharía como forma de vida, etc.-, son una minoría, la mayoría busca algo distinto. Las élites de los países del Golfo estudiaron en las universidades occidentales, mujeres y hombres, la mujer tiene aquí un papel muy importante, cada vez más yo encuentro mujeres en posiciones claves en estos países, directoras generales de ministerios, presidentas de compañías, etc.

P: Es tan alentador escuchar tu análisis…

R: Es que todo esto junto son los motivos que llevaron a estos acuerdos y lo que puede llevarnos a su continuación en los próximos años. Termino con un elemento que reforzó esto aún más: el covid-19, que enseñó a todo el mundo que estamos en el mismo barco. Hoy te puedo decir que en la cámara lanzamos un proceso que fue clandestino durante mucho tiempo de intercambio de tecnología y de información entre médicos israelíes y de países que en su momento yo no podía ni pronunciar sus nombres -desde Argelia a Siria, Irak, Egipto-, hablando entre ellos vía zoom y creando grupos de personas que debatían sobre cómo vencer conjuntamente el corona, que no acabará en ningún lugar mientras no acabe en todos los lugares. Por lo tanto, creo que estamos ante una situación distinta.

Pero hay que recordar que eso no quiere decir que no tengamos a Hezbolá en el Líbano con 150.000 misiles apuntando a Israel, que no tengamos a Yihad Islámica, al Daesh (ISIS), a Al Qaeda, que luchan por su supervivencia y por enseñar que aún están aquí. Aún hay gente que quiere de alguna manera abortar todo este proceso. Creo que hoy en día vemos una nueva coalición que está levantando cabeza entre Israel y los países árabes pragmáticos.

P: Mil gracias por todo esto Henrique. Apasionante.

R: Gracias a ti.

 

 
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