El liderazgo palestino después de Abu Mazen

La política palestina se encuentra en una encrucijada sobre qué pasará el día después de que Mahmoud Abbas; presidente actual de la Autoridad Palestina (AP), desaparezca de la vida pública, ya sea por su edad o por su salud que según distintas fuentes se encuentra deteriorada.

Quien asuma el puesto debe hacerlo pensando en la situación interna palestina, pero también en el futuro de las relaciones exteriores; incluyendo Israel sin ninguna duda, y los apoyos que a nivel internacional la causa palestina deba trabajar o consolidar.

Son varios los nombres que se escuchan como eventuales sucesores de Mazen. El primero con grandes posibilidades sería Majed Faraj, quien ejerce actualmente como jefe del servicio de inteligencia palestino, tiene buenas relaciones con los Estados Unidos y con Israel; incluso en temas de combate al terrorismo.

El siguiente en lista; quien además es de los que tienen más simpatías por parte del presidente Mazen es Hussein Al Sheikh, secretario general del Comité Ejecutivo. Participó del comité trilateral de reconstrucción de Gaza en el 2014 después de la operación israelí “Margen protector” que castigó posiciones del Hamas al norte del enclave costero. Sin embargo, Al Sheikh no cuenta con los apoyos suficientes en el partido Fatah del cual es miembro al igual que Abbas.

Jibril Al Rajoub es otro que suena con posibilidades de asumir el puesto. Es el Secretario General del Comité Central y presidente de la Federación Palestina de Fútbol. Tiene un pensamiento divergente con el resto, favorable a cualquier tipo de “resistencia” contra Israel ha sido condenado por el uso lenguaje de odio por un juego de fútbol entre Argentina y el seleccionado de Israel, generándole sanciones por parte de la FIFA.

Su lenguaje agresivo ha sido censurado por glorificar, incentivar y felicitar a los perpetradores de ataques terroristas contra civiles israelíes durante la escalada de ataques que inició en el 2015, llamada también como “Intifada de los cuchillos”, acusación realizada por la ONG Shurat Ha Din. Al Rajoub además, tiene una posición favorable al dialogo entre Fatah y grupos islamistas para lograr un gobierno de unidad, lo cual despierta desconfianza no solo en Israel sino entre otros actores que pueden ver esto como un elemento que perjudique a la causa palestina.

No es posible analizar cambios en el liderazgo palestino sin mencionar otros actores que por su situación quedan descartados para asumir el puesto, pero que no dejan de tener su nivel de influencia en la situación actual. Por ejemplo, Mohammed Dahlan quien está en el exilio, es considerado un traidor por Fatah ha querido regresar para ser el futuro presidente palestino, contando con la venia de Egipto y algunos países del Golfo, pero de volver corre riesgo de ser enviado a prisión, por esto, en el fallido proceso electoral del 2021 apoyó a los candidatos de la “Lista Libertad” que competían directo contra Mazen.

Por otro lado, está Marwan Barghouti, emblemático líder palestino que cumple cinco cadenas perpetuas en Israel por terrorismo no podría por su condición asumir el puesto de presidente palestino, pero ha impulsado grupos políticos encabezados por piezas favorables a sus intereses, como el sobrino de Yasser Arafat y también su propia esposa quienes se postularon para las elecciones del 2021.

El fin de la era de Abbas pronostica una transición pasada por fuego y división, por lo que en este río revuelto es posible que el máximo ganador sea el Hamas, quienes además han logrado muchas mayores simpatías, incluso en las elecciones estudiantilles de la Universidad de Birzeit en Ramallah un histórico bastión de Fatah y donde en mayo anterior el Bloque de Lealtad Islámica vinculado al Hamas logró un triunfo histórico y muestra que el islamismo podría transformarse en la nueva vía de los palestinos una vez desaparecido Abbas del radar, algo que intentaron después de la muerte de Arafat, pero que en aquel momento el entorno lo impidió.