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| martes diciembre 3, 2024

¿Son los palestinos más violentos en Ramadán?

Los funcionarios y los medios de comunicación israelíes advierten continuamente sobre los peligros del próximo Ramadán, bajo el supuesto de que los palestinos son más violentos durante ese período.


Sin embargo, esta suposición es muy problemática al analizar los datos sobre la violencia palestina durante el Ramadán en comparación con el resto del año.

Se ha convertido en un lugar común para los funcionarios, analistas y corresponsales advertir sobre los peligros del próximo Ramadán y la violencia palestina que se producirá, especialmente después de la campaña de mayo de 2021 de Hamas contra Israel y más aún desde la elección del gobierno “más derechista” de la historia de Israel.

Sin embargo, ¿cuán incendiario ha sido el mes de Ramadán para justificar tan terribles presentimientos? Una lectura de los datos sugiere fuertemente que los peligros son muy exagerados, si no del todo falsos.

Tomemos el año posiblemente más violento de la violencia palestina en la última década, 2015, principalmente de octubre a diciembre, en el que se produjo la ola de violencia más significativa y extrema en Jerusalén, Judea y Samaria, y en otros lugares.

Lo primero que se debe tener en cuenta sobre esa ola de violencia es que estalló tres meses después del Ramadán, y cuando lo hizo, estalló con fuerza. El Servicio de Seguridad General [Shabak] registró 620 ataques solo en octubre, que resultaron con 11 israelíes muertos. Por el contrario, durante julio y agosto, los meses que coincidieron con el Ramadán, hubo 123 y 107 ataques, respectivamente, y dos israelíes murieron. Esos meses que coincidieron con el Ramadán también fueron menos violentos que en la continuación de la ola en noviembre y diciembre, cuando 12 israelíes fueron asesinados.

Lo mismo puede decirse, aunque de manera menos llamativa, sobre 2016, otro año pico de violencia. La ola de violencia que comenzó el año anterior continuó durante los primeros cuatro meses de 2016, y ninguno de esos meses incluyó el Ramadán, que cayó entre el 7 de junio y el 5 de julio (el ciclo musulmán es lunar y, por lo tanto, cae en diferentes momentos del calendario juliano, que sigue el mundo moderno).

Los contrastes entre enero, el pico de violencia, y junio (que coincidió con la mayor parte del Ramadán) son mucho menos marcados que en 2015. Cinco israelíes murieron en 169 ataques violentos en enero, en comparación con cinco en junio en medio de 103 ataques. Es importante señalar que cuatro de los cinco israelíes murieron en junio en un solo incidente violento.

Pero tal vez la violencia habitual en Ramadán sea más reciente. Un análisis de los datos de los últimos tres años (2020, 2021 y 2022) sugiere una relación espuria.

En 2020, el Ramadán comenzó el 23 de abril y finalizó el 22 de mayo. En abril hubo 71 ataques y ninguna víctima mortal. En mayo, que coincidió con la mayor parte del Ramadán, hubo 80 ataques y una sola muerte. Al menos dos meses de ese año, agosto y diciembre, fueron apreciablemente más violentos: 120 ataques, una muerte en agosto y 98 ataques y una muerte israelí en diciembre.

Imprescindibles son los datos de 2021. Aquel fue el Ramadán en el que Hamás lanzó una campaña masiva de misiles contra Israel que comenzó con ataques dirigidos a Jerusalén, tras un ultimátum a Israel para que retirara a todo sus efectivos policiales y militares “de la zona de la mezquita de al Haram al Sharif y Sheikh Jarrah” que no fue escuchado. Aunque el ataque no logró cambiar la política israelí, Hamas logró convencer al público israelí sobre la relación entre el Ramadán y la violencia palestina.

Curiosamente, mientras que la burocracia israelí y las noticias de los medios reforzaron las afirmaciones de Hamás sobre un vínculo; el comportamiento palestino en Jerusalén, Judea y Samaria no lo hizo. La campaña de Hamás, cabe señalar, fue lanzada el 10 de mayo, un día antes del final del Ramadán. Sin embargo, abril y mayo no fueron los meses más violentos en comparación con noviembre y diciembre, que no coincidieron con una festividad islámica ni judía.

Donde hubo mucha violencia fue entre los árabes israelíes, especialmente en los pueblos mixtos de Lod y Acre. En aproximadamente una semana en mayo de 2021, los alborotadores árabes asesinaron a tres judíos, hirieron a más de 600 e incendiaron 10 sinagogas y 112 residencias judías. Pero todo esto ocurrió después del Ramadán, y la violencia árabe israelí no es tan constante como la violencia palestina en Jerusalén, Judea y Samaria. De hecho, esa ola de violencia solo fue superada en el primer mes del ataque masivo de la Autoridad Palestina en octubre de 2001, 20 años antes.

Solo en 2022 hay evidencia de un vínculo entre el Ramadán y el pico de violencia palestina, pero la relación es débil incluso entonces. El Ramadán comenzó el 12 de abril, pero el mes más violento, al menos en términos de muertes israelíes, fue en marzo, con 11 israelíes asesinados en cinco ataques letales. Hubo más ataques en abril, 268 en comparación con 190, pero fueron menos mortales, quizás debido a la mayor movilización de seguridad israelí para contrarrestarlos, lo que resultó en cuatro muertes. Diciembre y noviembre, que no coincidieron con ningún feriado, también fueron muy violentos: 401 atentados, tres muertos y 254 y dos muertos, respectivamente.

Durante al menos un siglo, las agencias de seguridad y la academia han tratado de descubrir las leyes que rigen la violencia masiva. La hipótesis de que el Ramadán es un mes de violencia en el contexto palestino es uno de esos intentos. Pero al igual que otros intentos de explicar la violencia palestina, el comportamiento real de los terroristas resulta mucho más complejo, desconcertando tanto a los propios terroristas como a los funcionarios de seguridad que los combaten.

Estoy tentado a decir que los funcionarios israelíes que afirman erróneamente el vínculo y advierten sobre sus consecuencias hacen que el pronóstico se haga realidad. Por lo tanto, deben actuar, no hablar. Sin embargo, incluso esa afirmación no es necesariamente cierta.

 
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