Una ola antisemita se propaga por todo el mundo, incluso en aquellos lugares en los cuales casi nunca escuchamos ataques a judíos como Australia. Me asusta a primera vista. Temo por la integridad física y la vida de mis hermanos judíos, de mis hermanos israelíes en la diáspora, temo por nuestra economía que será boicoteada dentro de poco en gran medida. Y acepto que temo que no podamos pasear por el mundo sin ocultar celosamente nuestra identidad. Me satisface una pasadita por Europa cada dos o tres años y no lo quiero hacer como nuestros padres o abuelos, odiados y perseguidos. Me cuesta aceptar que de por vida no tendré nada que buscar en Londres.
Pero veo en este antisemitismo una excelente oportunidad. Antes que nada la renovación de los habitantes de Israel, los nuevos Olim que llegarán de países de los cuales hace años que no recibimos. Inmigrantes pudientes por supuesto, bien asentados, de alta educación, aquellos que nos pueden ayudar a profundizar y a ajustar la diferencia cualitativa y económica de las tribus entre las cuales estamos plantados.
Esto es claro, pero aparte de eso el hediondo diálogo que hoy ronda en los grupos liberales occidentales y encuentra expresión en los medios de comunicación con la retórica si «debe existir el Estado de Israel?». Lo bueno que tiene esto es que la «pregunta del millón» está en la respuesta. Si los judíos en toda la faz de la tierra son atacados solo por ser judíos, incluso si no tienen ninguna relación con Israel, y si los judíos en Israel son atacados porque son judíos (el disfraz del conflicto israelí-palestino ya se rompió en cuanto a las intenciones del Hamás y los demás islámicos radicales fundamentalistas), entonces es claro que no hay otra solución en el mundo para los judíos que no sea el Estado de Israel.
¿Qué es lo que ofrecen los liberales occidentales que empujan hombro a hombro con los fundamentalistas islámicos extremistas, y a quienes degollaran llegado el momento?
Que Israel desaparezca y que sus habitantes judíos vuelvan a sus países de origen… ¿Y allí qué?
Allí serán presa fácil para los musulmanes del lugar, allí comenzarán nuevamente a luchar por sus vidas mientras la población local alimenta la nueva versión nazista? (hoy en el Reino Unido se prohíbe el estudio sobre el Holocausto para no encender la ira de los musulmanes locales).
En síntesis, la frase bíblica «es un pueblo que se observa desde las estrechas colinas y mora solo y no le toman en cuenta las naciones» nunca me convenció, siempre quise ser participe, quise ser cosmopolita. El antisemitismo que nos esperó debajo de una frágil capa de sentimientos de culpa y cultos modales europeos explotó con energía, sin disminuir su intensidad, en una obra exclusiva de cinismo y mentiras y me borró la fantasía del cosmopolita.
Este es el momento de entender que nosotros estamos aquí para siempre, Londres no espera a nadie, tampoco Berlín. Esta es la casa, aquí hay que hacer una minuciosa limpieza, esforzarse un poco para hacerla una casa adecuada para vivir, dar en educación, en el respeto por las leyes, en justicia para todos sus habitantes. Entender que aquí estamos bastante apretados, pero esto es lo que hay.
El antisemitismo nos obligará a formar una sociedad modelo.
Viva el antisemitismo
Traducción : G. Sztejman
Una de las riquezas mas importantes de Israel es el Galut (diáspora), y todos sabemos que sin esto, tal vez Israel no existiría hoy como estado soberano, desde tiempos del Galut, en Babilonia, se dijo que el Judaísmo se forja en el Galut.
Podrá ser cierto o solo un mito, pero si es cierto que la presión forja los diamantes y el mejor acero a los golpes!
Pero no hay que engañarse, que el antisemitismo forja la aliá, esta fué mayor a Estados Unidos que a Israel, y no hay como tierra de oportunidades para traer talentos, que hoy son los mas buscados.
Europa se ha llenado de inmigrantes musulmanes, pero que van a hacer?, mano de obra barata, ilegal, delincuencia, prostitusión y tráfico, es bien sabido, y a los europeos les traen ganancias, mientras que los Judíos ocupan puestos de relevancia.
Será dificil que los musulmanes sufran lo que los Judíos en Europa, porque son solo eso, esclavos, sin embargo ya les están creando incomodidades que pueden desembocar en conflicto y deportaciones.
A lo de agradable antisemitismo, con todo respeto, hay que quitarle ese sarcasmo, y verlo desde un a óptica mas realista. Se terminó el tiempo en que el antisemitismo era fuente de aliá. Hay que cambiar la perspectiva y evitar que Israel se convierta en un puente como lo fué en 1990. Hay que crear las condiciones para que lleguen, pero que se queden, mi querido javer!!