Egon Friedler
La Republica
14.1.2012
Es un axioma que se repite con frecuencia en la historia: una cosa es la ideología en la oposición, otra, muy diferente, es la confrontación de la ideología con la realidad cuando se llega al poder. En el caso de Egipto, no cabe duda de que los islamistas, virtuales ganadores de las elecciones (a pesar de acusaciones fundadas de casos de fraude electoral) se encontrarán con el gran dilema: aplicar su estricto programa religioso o aceptar que para recuperar sus ingresos de turismo, el país debe abrirse al mundo, con todas las consecuencias que esto puede acarrear. Al respecto, es claro que la Hermandad Musulmana difícilmente podrá entenderse con los más radicales salafistas. Ambos grupos fueron aliados en la clandestinidad durante el régimen de Mubarak y compartieron celdas en las prisiones del régimen derrocado. Pero ahora es evidente que el forzado pragmatismo de los Hermanos Musulmanes tenderá a chocar con la ortodoxia radical de los salafistas de Al Nour. Un ejemplo típico es el de Abdel Monem el Shahat, un prominente clérigo salafista y dirigente del partido Al Nour que describió a la antigua civilización egipcia como “podrida” y propuso tapar a las pirámides con cera por su parecido con los ídolos de la era pre-islámica. La Coalición Egipcia de apoyo al turismo emprendió una acción legal contra Shahat en nombre de las compañías turísticas, que se quejaron porque hubo muchas cancelaciones de viajes a Egipto en respuesta a esas declaraciones. Shahat fue candidato en la primera vuelta electoral pero perdió frente a un candidato de los Hermanos Musulmanes.
A esta altura del proceso electoral es altamente improbable que la primacía de la Hermandad en la política egipcia sea revertida, pero están saliendo a luz detalles del proceso electoral que cuestionan la honestidad con que la organización islamista se manejó en los comicios. Por ejemplo la publicación “Coptic Solidarity” del 3 de enero de 2012, cita al dirigente del partido “Tagama” de tendencia socialista, Dr. Refaat al-Saced quien reveló que una mujer vestida con el velo islámico perteneciente a la Hermandad Musulmana, juntó cédulas de identidad de mujeres en su barrio y votó 15 veces. Hubo un caso en que miembros de la Hermandad “lamentaron” la muerte de un candidato opositor al suyo e incluso rezaron una oración en su memoria…..hasta que el candidato llegó a las urnas sano y salvo. El dirigente socialista asimismo denunció que en una escuela, los delegados de los Hermanos Musulmanes habían abierto las urnas y manipulado los votos.
Por ahora, los Hermanos Musulmanes, forman parte de una coalición de 11 partidos llamada Alianza Democrática, la que incluye a los partidos liberales “Al Ghad” (Mañana) y “Al Karama” (Dignidad) y descartan la posibilidad de un acuerdo con los salafistas. Mohamed Morsi, un dirigente del Partido de Libertad y Justicia, expresión política de los Hermanos Musulmanes, consideró totalmente inviable una alianza con los salafistas por diferencias ideológicas. Coincidió con este punto de vista, Nader Bakkar, vocero oficial del Partido Al Nour. A juicio del politólogo Hassan Nafaa, la línea dura de los salafistas y su falta de experiencia política influirá en su actuación en el próximo Parlamento. Nafaa prevé duras controversias sobre turismo, arte, banca islámica y otros temas.
Sin embargo, a pesar de su mayor flexibilidad táctica, la Hermandad Musulmana es un partido de rígidas posiciones islamistas. Un buen ejemplo está en su actitud hacia Israel. Inmediatamente después de las elecciones voceros de la Hermandad dijeron que respetarían todos los tratados firmados por Egipto en el pasado, lo que incluye el tratado de paz con Israel. Pero la posición de hostilidad implacable hacia el estado de Israel se expresó claramente en el principal editorial de su sitio Web, que ha sido mantenido invariable desde el 1 de enero de 2011. El texto en inglés lleva el título “Por supuesto, Israel es enemigo de Egipto” y dice entre otras cosas: “ Es cierto que Egipto, debido principalmente a razones económicas, tuvo que firmar el infame tratado de paz de Camp David, que terminó solo formalmente el estado de beligerancia entre Israel y el mayor y más poderoso país árabe. Pero también es cierto que la gran mayoría de los egipcios continuaron odiando a Israel como una entidad hostil y criminal a pesar de los argumentos y los sobornos norteamericanos para crear una buena química entre egipcios e israelíes”
Las declaraciones tranquilizantes destinadas a Occidente pronto dieron lugar a un cambio beligerante. El lugarteniente del Guía Supremo, Rashad al Bayoumi dijo al iniciarse el nuevo año, que Egipto podría revisar el Tratado de Paz y que se estudia la posibilidad de un referéndum popular al respecto. Para despejar cualquier malentendido, agregó que la Hermandad Musulmana nunca reconocerá a Israel. Teniendo en cuenta que la política árabe a menudo es una competencia entre extremismos, es difícil hacerse a la ilusión de que los Hermanos Musulmanes harán una política responsable dando absoluta prioridad al estado catastrófico de la economía y que eludirán la tentación de utilizar la carta de la enemistad con Israel para distraer a las masas de las dificultades del nuevo régimen para hacer frente a problemas tan intratables como la carencia de empleos para sus jóvenes.
La “Hermandad Musulmana” desde su creación en 1928 nunca ha sido gobierno y a menudo ha sido una oposición violenta, como durante el período de Nasser, cuanto aparentemente ha estado involucrada en un intento de asesinato del entonces líder carismático del mundo árabe. Si su futuro es aún una incógnita, su pasado puede darnos algunas claves. Por ejemplo, es un hecho histórico que la Hermandad simpatizó con el nazismo y que al igual que éste tiene aspiraciones de dominio mundial. Por otra parte, es la organización islamista más antigua y ha servido de referencia a todos los grupos que han venido más tarde.
También es la organización islamista mejor posicionada en Occidente. El politólogo norteamericano, Lorenzo Vidino señala en su libro “The New Muslim Brotherhood in the West” (Columbia University Press, 2010) que las ideas de la Hermandad han “sido absorbidas, a menudo de manera inconsciente por grandes sectores de la población musulmana en los países de Occidente. Más aún, el éxito de la nueva Hermandad Musulmana en Occidente es evidente en lo que respecta a su acceso a las élites occidentales. Si bien no han logrado crear un movimiento de masas, los Hermanos Musulmanes de Occidente han logrado crear la impresión de que sí lo lograron, ganando de esta manera, una posición prominente en el Islam en Occidente”.
Pero es indudable que su victoria electoral en Egipto los coloca frente a una situación sin precedentes en toda su historia. Existen miles de razones para tener más temores que esperanzas, pero a menudo las realidades históricas hicieron trizas los pronósticos mejor fundamentados creando realidades imprevistas. Sería lo mejor que podría pasar en el accidentado proceso de cambio en el mundo árabe.
Difusion: www.porisrael.org
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