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| viernes noviembre 22, 2024

La resaca de Egipto


Ron Ben-Yishai

Ynetnews

Millones celebran el derrocamiento de Morsi, pero el éxito de la segunda revolución sigue siendo incierto

Publicado: 04.07.13 / Israel Opinion

http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4400675,00.html

El ejército egipcio, con el apoyo de grupos opuestos al régimen de la Hermandad Musulmana, depuso no sólo a Morsi sino también a un determinado movimiento islamista que tiene experiencia en situaciones de asedio y deslegitimación y que tiene millones de seguidores en Egipto. Por lo tanto, de ningún modo es seguro que el derrocamiento del Presidente Morsi traerá a Egipto la anhelada estabilidad política. Lo que es aún menos seguro es que el régimen de transición logrará aliviar, aunque sea un poco, la angustia económica en el país árabe y aumentar la seguridad personal de los ciudadanos – independientemente de su afiliación política y religiosa.

El júbilo de los opositores a la Hermandad Musulmana es comprensible, pero esto es sólo el éxtasis momentáneo; las masas están borrachas de poder, pero la resaca se hará sentir en los próximos días.

Con el fin de estimar cómo la destitución de Morsi por parte del ejército hará avanzar la economía, la estabilidad y la seguridad en Egipto – en caso que lo logre – hay que centrarse en los próximos días sobre lo siguiente:

1) La respuesta de los salafistas y la Hermandad Musulmana a la maniobra del ejército. Antes del discurso del general al-Sisi, en el que depuso efectivamente a Morsi, miembros de la Hermandad, incluso de alto rango, amenazaron con recurrir a la violencia para proteger al presidente.

Tienen armas, motivación y sentido de victimización, ahora que han sido removidos del poder. La pregunta es si se opondrán físicamente a las medidas anunciadas por el ejército o aceptarán el veredicto. La resistencia puede ser pasiva – como realizar huelgas – pero también puede ser violenta. El líder de la Hermandad, Mohammed Badie, quien aún no ha respondido a los dramáticos acontecimientos, dictará el futuro del movimiento. Esto probablemente no es lo último que hemos escuchado de la Hermandad, al igual que Hamas no estuvo satisfecho con su victoria en las elecciones de 2006 en la Autoridad Palestina y llevó a cabo un golpe de estado armado en 2007 para hacerse con el control de Gaza. En este sentido, es importante ver cómo el ejército egipcio será capaz de separar entre partidarios y oponentes de Morsi.

2) El período posterior al derrocamiento de Mubarak nos ha enseñado que los grupos de oposición saben todo lo que no quieren, pero les resulta difícil presentar una lista clara de las demandas. Les resulta aún más difícil redactar una lista que sea aceptable para aquellos que los representarán en las instituciones del gobierno provisional. Esta es otra señal de que la calle está en el poder, y no sólo en Egipto.

Quienes celebraron el derrocamiento de Morsi no tienen un acuerdo sobre el líder que los represente. Mientras que muchas organizaciones de la oposición han autorizado al líder liberal Mohamed El Baradei, ex jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, para que los represente, los jóvenes que iniciaron la segunda revolución en Egipto tienen todavía que coronar a su propio líder, y queda por verse si tendrán un papel influyente durante el período de transición. En resumen, tenemos que esperar y ver si el ejército logrará establecer el complejo gobierno de transición anunciado por el general al-Sisi.

3) Nueva redacción de la constitución egipcia: Una de las principales razones de la revuelta fue que la constitución anterior se adaptó a las necesidades de la Hermandad Musulmana y las leyes de la Sharia fueron definidas como fuente de autoridad. Ahora los grupos de la oposición, aparentemente, tratarán de redactar una constitución con menores características islámicas. La pregunta es cómo reaccionarán los partidarios de la Hermandad Musulmana.

4) Hay que ver cómo EE.UU. y otros países reaccionan a la medida del ejército. Si el Presidente Obama critica el derrocamiento de Morsi, podría alentar a la Hermandad Musulmana a revertir la situación a través de medios políticos o violentos – o ambos a la vez. La pregunta es si EE.UU. cumplirá su amenaza de dejar de prestar asistencia a Egipto en el caso de un golpe militar. Lo más probable es que los estadounidenses digan que, en el derrocamiento de Morsi, el ejército atendió las demandas de la gente; si así lo hace, Washington concederá legitimidad al gobierno interino.

5) La respuesta de los países árabes, particularmente la de los Estados del Golfo que proporcionan a Egipto la ayuda económica que le ha ayudado a evitar definirlo como un país en bancarrota, también es importante. Si los países árabes, en especial Qatar y Arabia Saudita, deciden continuar canalizando miles de millones de dólares hacia Egipto, como lo han hecho durante el año pasado, será un componente importante en la estabilidad de la economía, la vida política y de seguridad personal de Egipto. Puede decirse que los líderes del Golfo y sus abultados bolsillos determinarán el destino de la segunda revolución en Egipto.

En lo que se refiere a Israel, parece que el derrocamiento de Morsi no tendrá un efecto directo sobre nosotros, por cierto no en el corto plazo. Está claro que el ejército tendrá menos recursos y menos tiempo para dedicarse a lo que ocurra en el Sinaí y Gaza, pero no debemos esperar un cambio espectacular en las relaciones entre Israel y Egipto. El ejército, que es el gobernante de facto de Egipto, tiene interés en preservar el tratado de paz con Israel y evitar ataques contra el estado judío desde Gaza y el Sinaí.

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Difusión: porisrael.org

 
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