Ada Colau ha conseguido tres cosas que, sumadas, son una auténtica proeza: vender electoralmente la fanfarria de la nueva política; gobernar con todos los tics de la vieja política; y perpetrar una mala política en las dos versiones, la nueva y la vieja. Es, sin duda, la gran comediante de la dirigencia catalana, una vendedora de humo que se alimenta de tópicos, gobierna a golpe de consigna y, en todos los casos, practica una especie de teatro del absurdo que nada tiene que ...