Qué duda cabe: nuestros enemigos no descansan, ni siquiera ahora que parte del universo islámico empieza a revisar a fondo su visión de Israel y los judíos. No les arrancaremos, a los irritados palestinos, un sí fácilmente, tienen mucho pienso amargo que mascar hasta comprender que lo que padecen no es un simple dolor de muelas sino de una piorrea aguda. El grado de veneno que destilan sus líderes en las mezquitas, empero, se volverá contra ellos así como el ...