Quizás lo más natural sería que me de rabia. Bueno, claro que enojan. Ver las barbaridades que escriben sobre Israel, escuchar sus mentiras, ver sus intensos esfuerzos de boicot…claro que no puede menos que enojarnos. Pero en realidad, más que rabia, dan pena. Pobrecitos…todos aquellos que gastan sus energías demonizando a Israel y tratando de boicotearlo, parece que no ven dónde están ellos y dónde está Israel. Mientras el Primer Ministro musulmán de Malasia tenía que comerse el sombrero al notificarle ...