La lengua hebrea se articula de manera muy distinta a la nuestra y otras de origen romance. Generalmente las palabras derivan de una raíz de tres letras (aunque hay casos de dos o de cuatro): por ejemplo, con las letras samej - fei - reish se construyen, entre otras, sefer (libro), sofer (escritor), lesaper (contar: la f se transforma en p), sipur (cuento), sfirá (cuenta de años), mispar (número) e incluso, a veces, deriva otros significados, por ejemplo sapar (peluquero) ...