¡Basta, basta, basta! Es el mal puro, el agujero negro que devora la belleza, la infancia, la alegría, el sentido de la existencia. Es el corazón de la bestia, la bestia sin corazón, el demonio hecho ideología. Sí, cierto, escribo a golpe de dolor, con la retina sobrecargada de la tinta gruesa de la noticia, aún por confirmar el número completo, pero ya son decenas los niños destripados, arrancados del derecho a la vida, por el brutal derecho que se otorgan ...
¡Basta!
Esos tipos con el cerebro podrido, el corazón podrido, el alma podrida, su ideología podrida, sus rezos podrides, esos tipos que perdieron, en algún rincón oscuro de su vida, su condición humana.