Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld Friedrich Nietzsche tenía razón. Dios está muerto. Lo mataron personas que pensaban que sabían más que Él; personas que creyeron que podían impartir justicia de manera más justa que Él. Personas que argumentaban que Dios era demasiado misericordioso para que se le permitiera continuar sus Divinas acciones; demasiado indulgente con la mayoría de los humanos, que merecen algo peor. Dios murió a manos de personas que desafiaron Su concepto de vida; personas que sostenían que la vida ...