Gal Lusky, nacida en el kibutz Hukuk, ex azafata, no creía que llegaría hoy a estar viva. Es que la actividad humanitaria que despliega desde hace más de dos décadas, la lleva asiduamente a sitios peligrosos, de los que jamás tiene certeza que logre salir. "Prefiero perder la vida, que vivir sin compasión" Ya a mediados de los años 90 participó en diferentes misiones humanitarias en el exterior, en zonas de desastre, pero fue en el 2002 que tomó la decisión de ...