“¿Cuántos jugadores musulmanes habrán intercambiado camisetas con el que muchos consideran el mejor de todos los tiempos?”, posiblemente pensaba días pasados Bibras Natkho, el capitán de la selección israelí de fútbol. “Quizás sea el último partido al que pueda ir”, comentaban emocionados los padres de ingresados en la sección de oncología infantil que habían sido invitados al amistoso. “Después de casi 20 años en el país, por fin podré volver a ver a los mejores del mío de origen, acá, ...