En noviembre de 2012, en la cumbre del G-20 en Cannes, Obama y Sarkozy protagonizaron unmicrófono abierto en el que el auténtico protagonista fue Netanyahu. Sarkozy confesó a Obama que estaba “harto” de Netanyahu, “un mentiroso”, y Obama, lejos de defender al premier israelí, o al menos calmar al mandatario francés, se compadecía de él respondiendo que tenía que “lidiar” con aquél “todos los días”. Sarkozy, apenas 48 horas después, pidió disculpas. Y el mundo contempló cómo el mandatario de ...