Fue por el 96 que hicimos ese viaje, con los hermanos de B. Brith. Como es común entre nosotros, se mezclaban alegrías y tristezas. La congoja por la estación de tren cerrada. La sorpresa por la vitalidad de la pequeña comunidad, que recibía con amor a los visitantes y a los que estaban regresando El cementerio hablaba de la vida. Había una inmensa lápida de mármol, con un extenso relato en hebreo, donde se contaba como los indios habían exterminado a una familia entera. Muchos ...