Nof Ayalón. En esta pastoral localidad del centro de Israel, la brisa no alivia el asfixiante calor. Debido a las personalidades que vienen a dar el pésame, su casa está rodeada de guardaespaldas. Entramos. Nos dirigimos al jardín. Varios ventiladores refrescan la multitud. En el centro de las miradas y palabras, ella. Rachel Frenkel. Más delgada de lo que parece en televisión. Tiene 45 años. Madre de siete hijos. Naftali era el segundo. Pese a todo, sigue creyendo (y mucho) ...