Narra Primo Levi: “El prisionero llegaba a Auschwitz helado después de cuatro días de viaje, hacinado y en un vagón de ganado. En el campo lo esperaban SS armados que dividían a golpes a la comitiva en tres filas: jóvenes y válidos para hacer trabajo esclavo; mujeres y niños; inválidos y ancianos. Este tercer grupo era directamente conducido a Birkenau y gaseado aquella misma noche. Después el crematorio era capaz de convertir en cenizas mil cadáveres por hora. Con esas cenizas se abonaban los campos ...