Recuerdo haber sido muy crítica con uno de los primeros viajes del presidente Obama. Era junio del 2009 y el líder del “We can” se plantaba en la mezquita de Al Azhar, en El Cairo, y vendía su idea de un mundo nuevo, resumido en una conferencia cuyo título era una declaración de intenciones: “A new beginning”, es decir, un nuevo comienzo con el islam, cuyo punto de salida era la madraza coránica más influyente del mundo. Mi crítica, por supuesto, ...