Que en lugar de tres haya sido uno el asesino de Munich demuestra lo desorientada que está la sociedad occidental en medio de sus frondosos parques veraniegos y heladerías de lujo, su multiculturalidad y su aparente tolerancia. Si no hay más muertes se debe a que, al revés que en Estados Unidos, las armas no son fáciles de conseguir en estos lares. A la locura o depresión del joven iraní habría que agregar que procedía, originariamente, de una cultura en ...