Cuando las cosas se tornaron difíciles para reprimir al pueblo sirio en sus demandas de cambios, el régimen no dudó en asesinar con armas químicas, luego arrojó barriles de explosivos entre civiles alegando la persecución de terroristas. Finalmente, no cuenta que sean mujeres, niños o ancianos, ahora Bashar al Assad mata por inanición a su propia gente en la ciudad de Madaya, donde todos mueren de hambre sin distinción. Esas han sido las declaraciones de Sami Ibrahim, vocero del Comité ...