Samuel Auerbach Terminó una etapa que duró más de cinco años. Llanto, incertidumbre, pancartas, ansiedad, ruegos, enojos, insultos, controversias, negociaciones. Gilad Shalid volvió a su hogar. Comenzó una etapa nueva que, sin duda, será mucho mas corta. Euforia, emoción alegría, abrazos, besos, festejos de los que no veían la hora de ver liberado a Gilad, como también protestas hasta el llanto de los familiares de víctimas del terror, que vieron libres y felices a los asesinos. Y mientras esa etapa se ...