Vivimos en un mundo sin vergüenza, sometido a la siniestra presión de una parte muy oscura del Islam que se arroga el hablar por todos, e involucra, en su temible mensaje, a gran parte de la juventud occidental cuya molicie intelectual hay que criticar, un mundo que tiene en Israel el paladín de la libertad y la creatividad y no sólo lo niega sino que no lo puede soportar. No importa cuan magnánimo pueda ser el país y el estado ...