Me sabrán perdonar los lectores que titule con un latinajo, pero es que la actualidad a veces adquiere tintes clásicos, y no puedo quitarme de la cabeza esta paráfrasis de la tramoya a la que acudían los dramaturgos de las antiguas Grecia y Roma para resolver un embrollo a último momento. Era entonces cuando el Deus Ex Machina, el “dios de la máquina”, descendía pendiendo de una grúa sobre los protagonistas de la tragedia para resolver una situación “in extremis” ...