Lamentablemente, es un natural defecto humano la perversión que produce el poder. Es grande la cantidad de países cuyo jefe, respaldado por colaboradores y un fuerte ejército propio o mercenario todos bien remunerados, se enriquece a expensas de sus habitantes sumidos en la miseria. En los pueblos democráticos, los gobiernos son el resultado de la opinión de la mayoría. Es imposible que se pueda instaurar una democracia en los países en donde la mayor parte de sus habitantes antepone anacrónicas leyes ...