En las últimas semanas los partidarios del autodenominado Tribunal Rusell han puesto énfasis en la autoridad moral de dicha reunión. No queda otro remedio, porque su autoridad legal es cero. Es más llevan a un doble engaño: ni es Tribunal, ni tiene nada que ver con Rusell. Utiliza el nombre del filósofo como una franquicia legitimadora de un acto que es ilegitimo. Ningún grupo de personas por mucho éxito que hayan tenido en sus profesiones puede ponerse a repartir carnets ...