Para quienes tenemos la fortuna de haber vivido unos años en Jerusalén, Al Kuds o La Sagrada para los árabes, Aelia Capitolina para los romanos, Ir Jebús en la época del Rey David e Hierosalima en los días de los cruzados; para quienes hemos caminado por sus calles y admirado sus cielos, es doloroso que la ciudad que emana tantos atardeceres de paz, el sitio por el que caminaron los profetas y el más grande ...