Por su fisura entre izquierda y derecha y la parálisis que eso conlleva, parece que Israel se acerca de nuevo a elecciones. Por más que en la próxima ronda no gane Bibi, y la izquierda resucite, el mal de la falta de consenso lleva al desánimo de los electores. El hecho de que la derecha pretenda encubrir con su reforma de la justicia el deseo de proteger a los corruptos no significa que la izquierda no tenga los suyos. Del ...