Leemos en el Séfer yetzirá o Libro de la formación de fecha incierta pero seguramente alejandrino en su origen, y tan antiguo como para que en el siglo X Saadia Gaón lo comentase, que a más de las letras hebreas, sus valores y misterios, hay tres vivientes: el Dios vivo, el agua viva y el árbol de la vida. Esa relación entre el lenguaje y las citadas entidades se constata hoy más que nunca, ya que no sólo Israel produce, ...