Corría el año 1957 cuando un chico me contó en Sa Pobla el «chiste» que ha provocado el cese del concejal de Cultura de Madrid. Llegaban los primeros Seat 600. «¿Cómo meterías 50 judíos en un 600? ¡En el cenicero!» Quedé horrorizado, porque bajo estricta clandestinidad mi tío Antoni Fortesa, de Ca l’Estrella, me había enseñado un libro con imágenes del Holocausto –cadáveres de judíos amontonados–, publicado a raíz de los juicios de Nuremberg. Aquello no era un chiste, sino una ...