Durante la guerra entre Hamás e Israel de 2014, los funcionarios de la Administración Obama y sus homólogos europeos acusaron repetidas veces a Israel de un empleo abusivo de la fuerza por la destrucción “masiva” de instalaciones civiles en Gaza. Si a dichos funcionarios les queda una pizca de integridad intelectual, la reciente devastación de Ramadi en el transcurso de una operación conjunta occidental-iraquí para reconquistar la ciudad les deja solo dos opciones: o entregarse a la Corte Penal Internacional como sospechosos de crímenes ...