En un artículo anterior llamado “El diálogo interreligioso, un arma de doble filo[1]”, se realizaba una diferencia básica entre ciertas perspectivas religiosas entre la sociedad judeocristiana y el Islam de posiciones fundamentalistas que con el paso del tiempo han sustituido a las comunidades moderadas y han tomado posiciones de radicalizar el discurso entre las nuevas olas de migrantes musulmanes que llegan a los países occidentales. Estas agrupaciones han comenzado a empoderarse y a empujar con fuerza para hacerse un lugar, primeramente ...