Cada día oímos más la frase “el Islam es una religión de paz”. Lo sorprendente es hacerlo de boca de políticos ateos, como el presidente francés Hollande. Es uno de los temas más recurrentes para evitar una temida y anunciada islamofobia, es decir, el miedo irracional a esta fe y a sus seguidores. En un editorial anterior critiqué esta denominación por considerar que el temor de las sociedades occidentales hoy no responde a impulsos fuera de la lógica, sino a ...