Sabemos que las alianzas las determinan los intereses, no solamente los valores. Que inclusive democracias –como Uruguay e Israel-tienen entre sus amigos a países que no son necesariamente el mayor ejemplo de respeto a la condición humana. Que en relaciones internacionales, las necesidades políticas, las circunstancias regionales, determinan a menudo mucho más que la afinidad espiritual, la cercanía cultural , la similitud ideológica. No decimos que esté bien, sino que así es , demasiado a menudo, en la arena internacional. Por eso ...