Las evidencias son tan rotundas, que solo la lacerante judeofobia del ADN europeo, puede desmentirlas: el antisemitismo crece a pasos de gigante. Y si bien se ha descontrolado en el Islam, también crece seriamente en el continente donde nació el odio a los judíos, un odio que alimentó al huevo de la serpiente con perseverancia. Todos fueron antisemitas en Europa: los Reyes católicos y su edicto de expulsión; el catolicismo y sus autos de fe; el reformismo luterano con su ...
Pilar Rahola. La oscuridad
El antisemitismo es el canario en la mina, el síntoma de la degradación de la tolerancia, el aviso que vienen tiempos oscuros