Cuando un jurado de 11 miembros condenó el pasado 22 de septiembre al Arab Bank (AB) como responsable civil en 24 ataques terroristas perpetrados en Israel entre 2001 y 2004 por prestar servicios financieros a Hamás, se sentó un precedente jurídico pero también se confirmaron sospechas y se abrieron nuevas líneas de investigación sobre la actividad que durante muchos años desempeñaron algunas organizaciones a las que dicha entidad tenía como clientes; por ejemplo, el Comité Saudí de Apoyo a la ...