JERUSALÉN.—No sería exacto alegar que Israel se ha acostumbrado plenamente a la cruenta dinámica con la que se vive tan a menudo en Medio Oriente, pero tampoco sería exacto decir que ya nada le sorprende. Aún sin olvidar sus propios problemas y conflictos, lo sangriento de tantos procesos que ocurren a su alrededor, lleva a Israel cada tanto a expresar estupor por lo que acontece en el seno de algunos países vecinos. Egipto, Siria y Líbano —con los que Israel ...