En un viaje histórico a Oriente Medio, el Papa Francisco concentró todas las miradas en su figura humilde y sencilla en un territorio marcado por enfrentamientos y conflictos que se prolongan desde hace mucho tiempo. Se trató de un viaje marcado por el número tres pero que convergió en el uno. Tres días de recorrido; tres ciudades: Ammán, Belén y Jerusalén; tres religiones monoteístas. Pero la peregrinación de Francisco por estas tierras tendió a involucrar a todos los hombres a encontrar la ...