Decenas de miles rasgaron sus vestiduras. Llantos y clamores de dolor llenaron la ciudad. Ancianos tristes comentaban que «desde que Jerusalén fue fundada por el Rey David, nunca se vio algo igual como el día en que nos quedamos sin Marán». Cientos de miles de todo Israel, judíos, árabes, civiles, militares, laicos, religiosos, sefaradíes, ashkenasíes, ricos, pobres, ancianos y niños, dejaron por unas horas todos los argumentos que los separan o discriminan para despedir a Marán, una de las mayores fuentes ...