Mi padre nació en Polonia, pero en los 17 años que vivió allí antes de emigrar a Argentina, su ciudad pasó de soviética a alemana, otra vez soviética y hoy bielorrusa, a menos de 60 km de Ucrania. El 70% de su población eran judíos. No aprendió el idioma nacional porque su alfabetización fue en ídish, con acento “litvaker” (lituano) y no porque viviera en una aldea aislada. Los polacos no querían tenerlos en las mismas clases que sus hijos ...