Cidipal Cuando era un niño de 12 años, Rahamim Elazar vivió una de las extrañas situaciones (entre las muchas que debió atravesar en su vida): escuchó a tres personas, cuyo tono de piel era blanco, hablando una lengua conocida, la lengua de las plegarias. Tras dudar, se animó a acercarse y descubrió que, las personas blancas, eran israelíes. Dos años después aterrizaba Elazar en Israel y, con ayuda de los tres, se convertía en uno de los primeros que emigraban desde ...